14. ¿Y Martin? ¿Donde esta?

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— ES HOY, ES HOY — entro gritando contenta Denna a la sala, saltando sobre Juanjo quien aún dormía, comenzó a hacerle cosquillas.

— Para ya, por favor, ¡Qué susto me has dado! — dijo Juanjo recuperando la respiración.

— Baja las revoluciones, amorch, que faltan muchas horas todavía — dijo Vio a su hermana mientras entraba a la cocina a preparar café.

— ¿Que pasa hoy? — pregunto Kiki, que había pasado la noche con su "amiga" Violeta.

Todos sabían en la situación en la que estaban las dos chicas, pero nadie les ponía presión porque también sabían como era Violeta.

— Hoy salimos, vamos al bar de Lucas — contesto Bea mientras aceptaba el café que Violeta estaba repartiendo.

— Yay! A mí me toca trabajar hoy, pero estoy super contenta porque Martin y yo vamos a cantar juntos después de tanto tiempo — dijo entusiasmada Kiki.

Juanjo abrió los ojos grandes al escuchar ese nombre y sus mejillas se ruborizaron instantáneamente.

— Que bien Kiki. Yo trabajo también pero Lucas me dijo que podía hacer menos horas para poder estar un rato con ellos también. Ventajas de ser la novia del dueño — bromeó Denna

La reacción de Juanjo no pasó desapercibida por Denna quien mirándolo le susurro — Por fin conocerás al famoso Martin.

— Si, si, que bien — dijo Juanjo mientras huía a la cocina para evitar que alguien más notara su reacción.

El resto de la mañana y parte de la tarde transcurrió sin más, se quedaron en el piso, conversando, fumando en el balcón, haciendo cosas cotidianas.

Alrededor de los tres de la tarde, Kiki decidió mandar un mensaje a Martin para recordarle que en cuanto llegaran tenían que ensayar la canción que cantarían. No recibió respuesta de su amigo y esto la inquieto bastante.

— Bueno, yo ya me voy, estoy un poco preocupada porque Martin no me contesta los mensajes — les comento Chiara mientras agarraba su bolsa y empezaba a despedirse de sus amigos.

— Ay Kiki, pareces su madre — protestó Violeta.

— Si no supiera lo mucho que apoyas nuestro lema de "Go Lesbians" diría que estas enamorada de el vasco — dijo Bea mientras soltaba una carcajada.

— Es que es mi bestie, y me gusta cuidarlo — dijo Chiara tiernamente.

Martin desde el día que conoció a Chiara la cuidó, acompañó y aceptó tal cual era, jamás la había juzgado. Sobre todo, en los primeros años en el campamento siempre la defendió de un grupito que se había ensañado con Chiara y no la dejaba en paz, la molestaban por su personalidad, Martin siempre estuvo con ella y la protegió de todos, asegurándole que era perfecta tal y como era, y que no debía cambiar nada de su personalidad. Por eso ahora que Martin era quien estaba vulnerable por enfrentarse a un cambio tan grande como el de vivir en una ciudad nueva y lejos de su familia, le tocaba a ella cuidarlo y acompañarlo durante su etapa de adaptación.

— Espérame que voy contigo. Lucas y yo vamos a pasear un rato antes de tener que trabajar.

Denna y Kiki se despidieron del resto y salieron juntas rumbo a la residencia. Al llegar las recibió Lucas con una sonrisa.

— Hola mi amor — saltó Denna a sus brazos.

— Mi vida, te extrañé — le contestó Lucas mientras la abrazaba y besaba dulcemente.

— Hola y adiós — le dijo a Kiki que estaba parada en la entrada mirando la escena romántica.

— Espera, ¿has visto a Martin? — le preguntó

— No, la verdad que no he visto a nadie en todo el día, esto parece la residencia fantasma ni un alma ronda por acá.

Qué raro — pensó Kiki mientras se dirigía a su habitación para chequear si se encontraba ahí, toco la puerta pero no hubo respuesta.

— Y Alex? — pregunto Denna

— Se fue a currar con su amigo Paul, creo que vuelve pronto a prepararse que hoy tiene una cita — contesto Lucas

— ¡A qué bien, bueno lo veremos luego para que nos cuente — dijo Denna — Adiós Kiki! Suerte en tu búsqueda

— Gracias, creo que necesito ducharme, comer algo y luego lo seguiré buscando. Seguro su móvil se quedó sin batería y anda perdido por algún parque, ya saben lo que le gusta la naturaleza.

Denna y Lucas salieron de la residencia cogidos de la mano. Y Chiara fue a la cocina, comió algo rápido, luego se ducho, se vistió y se recostó en el sofá un rato a esperar a Martin. Entre la comida y la ducha estaba tan relajada que se quedó dormida sin darse cuenta.

— HOLA FAMILIA — entro Alex gritando a eso de las ocho de la noche.

El ruido del portazo que dio más el grito despertó a Chiara quien salto del susto del sofá.

— Alex, you scared me so bad — dijo Chiara mientras le daba un golpe en el brazo.

— Ay Kiki! Que fuerza tienes — bromeo Alex

En ese momento Kiki recordó que no sabía nada de Martin y ya había pasado casi todo el día sin novedades de su parte.

— Alex, dime que has hablado con Martin o que lo has visto hoy.

— No que va, si te iba a preguntar lo mismo. No me ha contestado el teléfono en todo el día.

— A mí tampoco y me preocupa. Voy a mirar en su habitación quizás ya volvió o dejo alguna pista de donde esta.

Chiara se dirigió hacia la habitación de Martin seguida por Alex, tocaron a la puerta pero no hubo respuesta, los dos que estaban muy preocupados decidieron entrar y chequear. Alex entro primero seguido de Chiara. Los dos se quedaron tiesos al ver que Martin estaba tirado al costado de su cama sin moverse con los ojos cerrados.

— MARTIN, QUE TE PASA? — exclamo Chiara mientras corrió a su lado, Alex hizo lo mismo.

Martin no contesto, los dos se preocuparon y empezaron a moverlo, lo levantaron y acostaron en la cama.

— Por Dios Martin, estas que vuelas de fiebre — dijo Alex mientras intentaba animarlo.

Martin intento abrir los ojos, pero le era muy difícil debido a su estado, había intentado ir a buscar un medicamento y agua pero no tuvo las fuerzas por eso estaba tirado al costado de su cama.

— Kiki ve por una pastilla y agua, mientras yo le voy a dar una ducha para bajarle la fiebre.

Chiara corrió a la cocina por el agua y medicina, y Alex levanto a Martin y lo llevo al baño, le quito el pijama y lo metió en la ducha dejando correr el agua por su cuerpo, de a poco Martin comenzaba a animarse, abrió sus ojos lentamente mirando extrañado a sus amigos. Lo ayudaron a secarse, le pusieron un pijama limpio, se tomó la medicina y lo acostaron nuevamente en la cama. Les contó que no se sentía bien y que había estado todo el día durmiendo, que intento buscar ayuda pero que su cuerpo no se lo permitió. Le dio la razón a Kiki de que si se enfermó por andar empapado el día anterior.

Por suerte se encontraba un poco mejor, pero muy débil, sus amigos se quedaron un rato acompañándolo para asegurarse que estuviera cómodo.

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