16. Sábado con S de Soluciones

284 14 2
                                    


La noche seguía entre conversaciones y risas, cuando a Denna se le ocurrió una idea que podía ayudar a su amigo.

— ¡Amor! ¿Tú no estabas buscando a alguien para que alquile la séptima habitación que queda disponible y que ayude en el bar? — preguntó Denna mirando a Lucas.

— ¡Claro que sí! Como no se me ocurrió antes — le contestó Lucas entendiendo lo que la chica le estaba sugiriendo.

— Oye Juanjo, ¿por esas casualidades vos no estas buscando un lugar para vivir y trabajar? — preguntó Lucas.

— Si, necesito encontrar un lugar urgente y trabajo también — contestó Juanjo con curiosidad.

— Creo que nos podemos ayudar mutuamente. En la residencia queda disponible una habitación y después de ver tu desempeño en el bar esta noche creo que serías perfecto para ocupar un puesto en nuestro equipo. Si te interesa el cuarto y el trabajo son tuyos — le explicó Lucas a Juanjo quien le miraba atónito sin poder creer que todo se había alineado tan bien a su favor.

— ¿Me lo estas proponiendo de verdad? Nada me gustaría más, pero la verdad tendría que saber el costo de la habitación por mes, y hacer algunos cálculos para ver si puedo costearlo.

— Por eso no te preocupes, en la residencia nunca rechazamos a nadie por no poder pagar, somos como una familia y nos ayudamos entre todos, podemos hablar y llegar a un acuerdo. Además, el sueldo del bar te ayudará también — le dijo Lucas.

Luego de escuchar esas palabras, el maño saltó de su sitio y fue directo a abrazar a Lucas con tanta efusividad que los dos casi se caen hacia atrás. Tenía tanta emoción que tuvo que hacer fuerzas para no ponerse a llorar ahí en frente de todos. Esa noche varios de sus problemas se habían solucionado, estaba tan agradecido con Lucas por su generosidad y por alivianarle la carga, por fin el destino ponía soluciones en su camino en lugar de piedras.

— Gracias Lucas, no sabes lo que me ayudas con tu propuesta. Por supuesto que sí a todo lo que me propusiste. Estoy dispuesto a colaborar en todo lo que sea posible, aprender y poner todo de mi parte para pertenecer a esta familia. ¡Dime cuando y donde y ahí estaré!

Violeta y Bea que escucharon toda la conversación, estaban emocionadas por su amigo y a la vez no querían que se fuera de su casa, lo miraron y no pudieron contener las lágrimas. Juanjo las vio y corrió a abrazarlas.

— Eso quiere decir que nos abandonas — dijo dramáticamente Bea.

— Mis niñas las menos dramáticas — dijo Juanjo a sus amigas — Solo estamos a quince minutos y jamás las abandonaría son mi vida entera. Iré a visitarlas seguido y ustedes podrán venir a verme también, ya verán que todo sigue igual.

— Lo siento chicas, por robarles al maño. Pero no se preocupen todavía tienen una semana más para despedirse y pasar tiempo juntos — intervino Lucas.

Lucas le explicó a Juanjo que la habitación aún no estaba lista ya que la estaban reparando porque tuvo una gotera, aún faltaban los últimos arreglos, también tenían que pintarla, estaría lista para el fin de semana próximo.

— Venite un día esta semana así conoces la residencia y te presento al resto del grupo — le propuso Lucas.

Acordaron que los visitaría el miércoles por la tarde. Esa noche el destino había metido la mano para evitar que Juanjo y Martin se conocieran, y no sería la última vez que se metiera en el medio para separar sus caminos. El destino jugaba sus cartas, pero parecía no tener en cuenta que el hilo conector entre dos personas a veces es tan fuerte que puedes enredarlo, tensarlo, pero era muy difícil que pudiera cortarlo. Y había quedado demostrado esa noche a pesar de los intentos por alejarlos, la casualidad los pondría frente a frente. Tarde o temprano sus caminos se cruzarían, y quizás sería más temprano de lo que se imaginaban. 

DestinaDOsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora