Mirando tus ojos veo la tristeza de lo que pudo ser, se que tu alma llora, pero no es por mi, al igual que yo, tu alma fue herida por el amor.
Aileen Estrada
Tantos sentimientos, tantas vivencias, tantos recuerdos que como un cruel castigo venían a mi, sabia bien que la protección de las sombras había cedido ante mis emociones, Franchesca me lo había dicho, su habilidad podría adormecer mis memorias y con eso dormir mis emociones, pero una vez algo lo detonara... Se despertaría la tormenta en mi alma.
Los rayos salían de mis manos como un látigo de chirriante sonido, mil pájaros cantaban mientras mi fuerza destructiva hacia trizas los muros de aquel cuarto, los vampiros a mi alrededor me veían con terror y emoción, algunos se habían lanzado en mi contra, recibiendo el fuerte latigazo contra sus pieles duras como el mármol. Sentía picazón en mis ojos, mientras veía a todos como un enemigo, me sentía sedienta de una manera diferente, no de deseo lujurioso como era usual, tenia sed de sangre, quería venganza, quería ver a aquella maldita mujer sufrir tanto o mas que mi amado.
― Ailen. ― Una voz conocida pero a la vez distante, me gire sobre mi eje azotando mi latigo de electricidad pura contra aquella mujer, sus cabellos negros alisados llegaban hasta sus caderas, sus ojos tan negros como la noche misma no se distinguían, su cuerpo esbelto y alto apenas y era tapado por una bata de seda negra con encajes delicados que ahora no tenia ganas de detallar. Su ira se dirigió a aquella mujer.
―¡Dijiste que no lo recordaría!― Grite con dolor mientra lanzaba el primer ataque, el látigo se balanceo en el aire como una serpiente, directo a aquella hermosa mujer.
―Dije que estarían bloqueados y que una emoción fuerte, como la ira podrían desbloquearlos.― Contesto con simpleza mientras esquivaba el latigazo como si fuera una danza, sus pasos parecían lentos y poco pensados, como si simplemente bailara, pero bien sabia que aquella mujer estaba contando hasta mi respiración.
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―¡No los quiero! ¡No quiero recordar!― Sus movimientos parecían erráticos, los vampiros presentes estaban emocionados ante aquel desencadenamiento de poder.
― ¿Seguirás huyendo? ¿No ves el daño que te haces? ― La voz de aquella mujer era bastante atractiva de escuchar como un tono sensual y ronco pero sin salir del limite femenino, sus palabras eran pronunciadas con suavidad y lentitud, como una noble. Lentamente las sombras comenzaron a rodear las, el campo de entrenamiento ahora parecía el campo de una batalla feroz. Pronto Aileen no pudo usar sus rayos y con eso inicio una feroz batalla cuerpo a cuerpo, nadie se atrevía a interferir, incluso, habían olvidado ir a notificar a los reyes, pero es que, de una extraña forma sentían que estaban adormecidos, su atención estaba únicamente en la batalla, ninguno llego a notar como sus sombras parecían estar encadenadas a la pared.
Franchesca era el cazador de las sombras, rango S, su habilidad o bendición era una extensión de su cuerpo, dominaba tan bien su habilidad que podría dominar a mas de cien personas por medio de sus sombras, pero al igual que todo cargo lleva una gran responsabilidad. Su mente vivía en constante movimiento, todos los cazadores de América estaban protegidos con su habilidad, sus memorias y recuerdos eran protegidos por las sombras, por esto, aun que alguna persona usara su don para leer la mente de un cazador, solo lograría ver un abismo de oscuridad, que los miraría de vuelta y sin saberlo, se llevarían a sus propias mentes aquella oscuridad invasiva.
― ¡El mundo sin el es un infierno!― Su grito estridente fue escuchado por los reyes, que como si les bajaran un interruptor sintieron el dolor del rechazo. Aun estando ellos, ella amaba y añoraba a otro hombre.
― No te mientas, hace mucho que dejaste de amarlo, odias saber que no lo lograste proteger, y que fue bajo tu mano que termino de morir. Eso es lo que realmente odias ¿Crees que puedes mentirme a mi? Niña te falta mucho por crecer. ― Con aquellas palabras lo que era una pelea se volvió una tortura unilateral, Franchesca atrapo de Aileen en sus propios recuerdos y tal vez por accidente, o por capricho, también lo hizo con los reyes. Pronto los cuatro cuerpos cayeron pesadamente, y la cazadora de las sombras por primera vez mostró estar al limite.
―¡Atrapenla! ¡Ha lastimado a la reina y los reyes! ― Un golpe en seco y aquella mujer por primera vez en mas de veinte años probo su propia sangre.
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― Hela nos va a matar, Rayito no despierta. ― La voz baja de un hombre se escuchaba, una voz que Aileen jamas olvidaría.
―Eleazar― Cuatro voces en simultaneo llamando al mismo nombre.
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Dulce Reina (Reyes vulturi)
Fiksi PenggemarEra amiga de Bella, pero ella me traicionó. Ella jamás fue buena, y su deseo de ser el centro de atención llegó muy lejos. Mi nombre es Ailén Nikol Estrada para el mundo, y soy una cazadora de bestias sobrenaturales. Todo iba bien... Era la mejor...