Sakura Yamagawa, una joven cazadora con una respiración bastante confusa, que no había sido vista desde hace mil años aparece como la última portadora de tal conocimiento. Con su temprana edad y su talento podrá convertirse en una de las piezas esen...
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La joven camino hacia las aguas termales, donde la esperaban sus dos amigas, Mitsuri y Shinobu, a pesar del poco tiempo que había estado junto a ellas, había formado una gran amistad con estas. Cada cierto tiempo las tres cazadoras se reunían en las aguas termales para descansar un poco de su trabajo y esa era una de las ocasiones donde se reunían
-¿Porque volviste de nuevo a la espada, Sakura? -pregunto Mitsuri contenta-
-Yo también tenía esa pregunta, pensé que habías pedido los chakrams para más movilidad -dijo Shinobu-
-Pues esa era mi idea, solo que era mucho trabajo para Haganezuka -dijo apenada- Los chakrams son muy exigentes en su creación así que iba a ser algo complicado y ya es herrero de otros cazadores así que no quería ser una carga -explico-
-Oh ya veo -dijo Shinobu-
-¡Yo creo que la espada se ve más bonita! -dijo Mitsuri sonriendo-
-Aparte de que combina con tu kimono -agrego Shinobu-
-¿Verdad que sí? -dijo felizmente la menor- Ah tengo mucha hambre -se quejó-
-Siempre tienes hambre, Sakura -dijo Shinobu tratando de no reírse-
-¡Pero más que todo de postres! -dijo Mitsuri feliz-
-¡Así es! -añadió la menor sonriendo-
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Al salir de las aguas termales, cada una tomo su camino, Sakura se dirigió a una misión que tenía por la zona de Tokio, iba caminando por la zona boscosa que rodeaba la ciudad en busca del demonio, hasta que lo encontró mientras devoraba un cuerpo
-¡Te encontré! -dijo con melodía-
-¡Carajo! -dijo alejándose de su comida- Una maldita cazadora -dijo en posición de ataque-
-Vaya, que grosero -dijo sonriendo- Respiración de cerezo, primera postura, brisa de cerezo -dijo antes de que una brisa con pétalos de cerezo llenara el lugar y ella apareciera frente al demonio-
-¡Mierda! -grito antes de darle un golpe en el pecho a la contraria para que luego esta misma cortara su cabeza-
-¡Ese golpe no es nada! -dijo sonriendo- Pronto amanecerá, es mejor que vuelva al cuartel -dijo empezando a avanzar-
La joven empezó a caminar, pero volvió a sentir el mismo dolor punzante que aquel que sintió esa noche en su finca, no tardo en empezar a toser otra vez sangre, sentía su pecho caliente y pensó que era por el golpe del demonio que llevaba algún veneno
-Seguramente usaba veneno... -susurro- O quizás sean los efectos de mi respiración
