Sakura Yamagawa, una joven cazadora con una respiración bastante confusa, que no había sido vista desde hace mil años aparece como la última portadora de tal conocimiento. Con su temprana edad y su talento podrá convertirse en una de las piezas esen...
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-Mira, te prepare huevos y dangos -dijo Muichiro poniendo los platos en la mesa- Espero te gusten
-Gracias Muichiro -dijo Sakura sonriendo mientras se sentaba-
-No hay de que -dijo el contrario-
-¿Qué paso con Sanemi? ¿No estaba aquí? -pregunto Sakura mientras pasaba un pedazo de dango-
-Se fue a una misión -explico Muichiro-
-No creí que tuviera una tan rápido, no recuerdo bien lo que paso siendo honesta -dijo tocando su cabeza-
-*Con que no recuerda la conversación* -pensó el contrario- No te preocupes, más bien, ¿qué te parecieron los dangos? -pregunto sonriendo-
-¡Están deliciosos! -dijo felizmente- ¿Como aprendiste la receta tan rápido?
-De tantas veces viéndote simplemente me la memorice -explico con una pequeña sonrisa-
-¡Te quedaron deliciosos para ser tu primer intento! -dijo comiendo alegremente-
-Me alegra oír eso
La joven termino felizmente de comer y su compañero para no hacerla esforzar recogió los platos, aún estaba algo delicada y debía descansar un poco más
-Muchas gracias Muichiro por la ayuda, pero yo puedo lavar los platos, no te preocupes -dijo apenada mientras se levantaba-
-Muy tarde florecita -dijo dándose la vuelta antes de darle un leve toque en la frente a la contraria e irse al jardin-
-¿Florecita? -susurro- Nunca me haz llamado así -dijo volteándose a la dirección del contrario-
-Me tarde un poco -dijo sin voltear a verla-
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-¿Tardarte? -pregunto- ¿Muichiro, de que hablas? -dijo aún más confundida-
- -se ríe- Nada Sakura, luego te explicaré
-¿Qué? -susurro confundida-
La joven fue en dirección del contrario que admiraba el cerezo que había en el jardín y estaba rodeado de gatos, estaba demasiado confundida sobre lo que había pasado, pero confiaba en que el contrario le explicaría.
-Un atardecer con tonos rosas, no siempre se ven -dijo Muichiro-
-Tienes razón -susurro la contraria- Tengo una idea -dijo entusiasmada-
-¿Qué planeas? -pregunto el joven con una sonrisa-
-Quédate justo donde estas -dijo dando unos cuantos pasos hacia atrás hasta llegar a un pequeño lago que era cubierto por pétalos de cerezo-
-¿Qué harás, Sakura? -pregunto curioso-
-Este atardecer merece algo especial -dijo sonriendo antes de entrar al lago- ¿Te acuerdas cuando nos conocimos?
-Un poco, ¿por qué? -pregunto-
-Porque esta vez te mostraré un baile que no podrás olvidar, ni siquiera un poco -dijo felizmente-
-Pero todavía estás delicada
-Ese no es un problema para bailar -dijo antes de empezar a bailar suavemente- Solo disfruta
La joven comenzó a bailar con más ritmo y velocidad mientras el contrario solo la veía con sorpresa, las flores y pétalos cayendo sobre el lago junto al atardecer le daban a lo que estaba viendo un toque único, la chica tenía razón, ese baile jamás lo olvidaría
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