Kazuma: El maestro de hilos

- capitulo 8

Kazuma: ¿En serio?, Chicas sé que soy demasiado pero acosarme es otro nivel.

Con él trío de inútiles pude fijarme mejor en él estado del maestro de una espada maldita, para mí propia felicidad se veía bastante estresado.

Aqua: ¿A ti?, tu ego de Nini sin duda  es la mayor de tus estadísticas

Aqua decía algo digno de su inteligencia, que seguro debía ser -1 para lo que muestra, Megumin levanto a uno de los conejos de felpa.

Esté luchando para escapar de la terrorista en potencia, algo que pude aplaudir y me hizo confirmar que eran más inteligentes que Aqua.

No un logro, pero seguro que podría al menos aplaudirlo.

Megumin: ¡¿?!

El conejo una vez libre corrió en mi dirección, a lo cual abrí mis brazos para recibirlo.

Christina: ..kazuma, tienes conocidas muy excéntricas

Kazuma: Lo dice la que salió a pasear con peluches andantes

Christina: supongo, yo crecí con ellos así que es bastante normal para mí.

Kazuma: eso es..

Antes de que terminara de hablar las gritos de una Aqua que estaba siendo atacada por los conejos se escucho.

Tomando totalmente mi atención, Darkness estaba ayudando a Megumin para intentar atrapar a alguno.

En cuanto a Mitsurugi, por lo menos se veía despierto, sin duda con sólo ganas de irse.

Kazuma: me estabas buscando ¿no?, mejor vayamos a un lugar más privado.

Bear: esa sonrisa tuya es escalofriante

¿Sonrisa?..

Con mis manos me dí unas palmadas, la sonrisa que estaba surgiendo en mi había sido una que surgió de forma instintiva.

Quizás por ver a ese trío haciendo sus tontería normal y saber que ya no eran mis responsabilidad.

Christina: Aunque tienes razón..  Bear diles que todos regresen.

Con eso él oso se deslizó de entre sus brazos para ir con el grupo que seguía en su encarnizada lucha contra el ejército de conejos.

Una que estaba perdiendo por como tiraban del cabello de Aqua, la cual hace tiempo que fue superada y veía todos sus ataques inútiles.

Su golpe divino siendo totalmente absorbido por la suavidad de los mismo.

Kazuma: Primero sapos y ahora peluches.. esto dejo de ser divertido

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Ko-no-su-ba
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El camino que seguimos era él que ya se me estaba haciendo costumbre, los peluches tomados de la manos parecían un grupo de excursión.