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«¿Quién se creía aquel lindo chico?» pensé por quinta vez en el día, no tenía más que hacer, la clase de el profesor de inglés, Mic, no era tan importante ese día, gracias a que la mayoría había olvidado el verb tobe, Mic-sensei les estaba refrescando la memoria.
La verdad, realmente ya no estaba enojada, pero algo curiosa sí.
Para entenderlo mejor, regresemos una hora antes.
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Solo pasaba en el comedor, ya hace una semana habían comenzado las clases en la preparatoria UA, el más famoso Instituto de héroes en Japón.
Resulta que estaba pasando con mi bandeja de comida en mano, iría a comer tranquilamente junto con Neito e Itsuka, mis compañeros de clase, que por cierto es la clase 1-B.
Justo cuando estaba por llegar con ellos, un bicolor con una fugáz mirada gélida y de superioridad "sin querer" empujó con su hombro el mío. Causando que mi comida se derramara un poco sobre mi bandeja.
«Que asco comer así»
─ ¡Oye! ¡Ven y discúlpate! -grité un poco, aún viendo su ancha y hermosa espalda, sin oportunidad de ver nuevamente su rostro, aunque no se me hizo difícil saber quién era, pues digamos que en la clase en la que estaba el chico estaba siendo muy nombrada-
El bicolor se volteó, mirándome de una forma entre enojo y desdén.
─ Piérdete. -dijo con una voz gruesa y egocéntrica, luego siguió con su camino.
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«Mm... Narcisista, Dios, me encanta.»
─Oi, Minji, ¿A que hora llegas a el mundo real? -la voz de Neito me sacó de mis pensamientos pecaminosos del Todoroki, el copia dones ya llevaba un rato moviendo su mano sobre mi vista, esperando a que despierte de mi trance.
─ Oi, Neito... ¿No crees que los de la Clase 1-A son muy guapos...?
El rubio solo me miró como si hubiera dicho la cosa más asquerosa y estúpida que había oído hasta el momento.
─ ¿Qué? -pregunté.
─ Kang Minji, no jodas, que asco la clase 1-A. -fingió vomitar y empezó a insultar de la nada a aquella clase, Kento llegó y de un momento a otro lo noqueó por andar de intenso, luego despertaría.
─ Dios perdona, yo no, Neito. -finalicé dando un pequeño golpe en la frente al noqueado ese.
─ Ya vamos, estar sin comer ya te está afectando. -La peliroja habló y cargó como costal de papas a el rubio, que grandes y raros amigos tenía.
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