CAPÍTULO 10

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Dedicar activamente su tiempo a evitar a Carlos no había sido la intención de Emma, ni siquiera cuando había abandonado rápidamente la zona de podio durante la premiación, pero después de terminados los eventos del día, las cosas tomaron un rumbo ...

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Dedicar activamente su tiempo a evitar a Carlos no había sido la intención de Emma, ni siquiera cuando había abandonado rápidamente la zona de podio durante la premiación, pero después de terminados los eventos del día, las cosas tomaron un rumbo natural a mantenerla alejada del piloto, haciendo que ella estuviera ocupada cuando él tenía momentos libres y él estuviera conviviendo con fanáticos cuando ella terminaba alguna de sus actividades. A Emma le costaba decidir si eso era buena o mala fortuna, considerando el panorama general. Después de que la situación se repitió por otro par de días, Emma decidió que era mala fortuna.

Uno pensaría que, con ambos en la misma industria, sería más sencillo encontrarse, pero, aunque estaban ambos en el negocio de la Fórmula 1, sus áreas no podían ser más abismalmente distintas.

Cuando fue evidente para ambos que no iban a encontrarse naturalmente, él le envió un mensaje de texto.

"¿Habías venido a Japón antes?" decía el texto.

Curiosamente, Emma había conocido una buena parte del mundo gracias a su padre y a su propio trabajo en la industria de la Fórmula 1, pero su padre nunca la había llevado a Japón, y en cuanto a su trabajo, el país tenía una historia complicada, con ese siendo unos de los cancelados durante el 2021 y ella sufriendo un resfriado en esa época durante el 2022 que le había impedido viajar... Bueno, ella no había tenido el honor de pisar el país en tres años. Y antes tampoco se había podido dar el lujo de dedicarse a ser turista, siendo aquel un empleo relativamente nuevo en el que tenía una posición privilegiada gracias al dinero de su padre.

"Había venido, aunque fue hace varios años. No lo conozco bien, honestamente".

"¿Quieres conocer conmigo?" escribió Carlos.

"¿Dónde y cuándo te veo?" respondió Emma.

Entonces, en martes, se encontraron afuera del hotel de Emma. Ella ya llevaba parada un par de minutos en la entrada cuando él apareció, en un hermoso Ferrari de color negro, y se bajó del auto, dejándolo encendido tras él.

—No estoy segura de si puedo subir a ese auto sin que me despidan —comentó ella, con una sonrisa, mientras metía las manos a los bolsillos de su saco.

—Si no te despidieron por besarme, no creo que te despidan por subir al auto —dijo él, acercándose. Estaba maravillosamente despeinado, como de costumbre, aunque no tanto como al terminar una carrera.

—Bueno, cuando lo expliqué, me pareció recordar que tú me besaste a mí. Fui solo una víctima en el asunto —replicó Emma—. Pero decidí perdonarte y darte otra oportunidad porque una amiga me hizo reflexionar sobre que no es tu culpa, si fuera tú, también querría besarme.

—No tenías tanto ego cuando te besé en la mejilla, de hecho, creo recordar que te ruborizaste.

Y solo porque él había sacado el tema a la luz, Emma se resistió a permitir que su rostro adquiriera una tonalidad rosada nuevamente. En cambio, se mordió el interior de la mejilla suavemente para calmarse.

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⏰ Última actualización: Jul 02 ⏰

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MATTER OF TIME, carlos sainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora