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El silencio se adueña de la sala, envolviendo a Taehyung y a Jimin en una atmósfera cargada de emociones reprimidas. Los segundos se estiran como si fueran horas mientras ambos se observan, buscando desesperadamente las palabras adecuadas que puedan aliviar el peso aplastante del pasado.

Taehyung mira a Jimin con una mezcla de sorpresa y tristeza en sus ojos. La sorpresa, por el repentino encuentro que no esperaba; la tristeza, por los recuerdos dolorosos que afloran en su mente. Los gestos de Jimin también son reveladores: su mirada baja denota vergüenza y remordimiento, como si llevara el peso de cada palabra hiriente que alguna vez pronunció.

El ambiente se carga con la intensidad de las emociones contenidas durante tanto tiempo. En el aire flota el eco de lo no dicho, las disculpas no expresadas y los perdones pendientes. Cada mirada, cada gesto, es un reflejo del complejo tejido emocional que los une y los separa.

Finalmente, rompiendo la tensión palpable, Jimin rompe el silencio con una voz apenas audible pero cargada de sinceridad: —Lo siento, Taehyung— Las palabras salen como un susurro, pero caen con el peso de una roca en el espacio entre ellos.

Taehyung no responde de inmediato. Su rostro muestra una lucha interna. La habitación parece contener la respiración mientras espera su respuesta, como si el destino de años de amistad y conflicto pendiera de un hilo.

El silencio continúa como un testigo mudo de la complejidad de las relaciones humanas, donde el perdón y la reconciliación son tan difíciles de alcanzar como esenciales para sanar las heridas del pasado.

Taehyung, con los ojos llenos de lágrimas y el pecho apretado por la angustia acumulada durante tanto tiempo, apenas logra articular una respuesta.

—Jimin... Yo...—

Jimin lo mira con compasión, pero también con una determinación tranquila. — Eso es todo lo que necesitaba decirte— continúa, levantándose lentamente de su asiento—. Espero que me disculpes por lo que dije antes. Estaba en un momento de quiebre... No era lo que realmente pensaba.

Taehyung se siente abrumado por la sinceridad de las palabras de Jimin— Lo siento, Jimin— murmura con voz entrecortada—, realmente lo siento por todo el caos que he causado, por estos últimos años.

Jimin da un paso hacia él, su expresión suavizándose aún más— Solo necesito saber una cosa, Taehyung— dice con voz firme pero compasiva—, ¿realmente te fuiste por tu propia voluntad, o algo te obligó a irte?

La pregunta de Jimin golpea a Taehyung como un rayo. Sus ojos se llenan de lágrimas, incapaces de sostener la mirada de Jimin —Yo...— balbucea, pero las palabras se atascan en su garganta. Niega con la cabeza repetidamente, incapaz de formular una respuesta clara.

Jimin se acercó lentamente a Taehyung, sintiendo cómo el temblor de su cuerpo revelaba la carga emocional que había estado soportando durante tanto tiempo. Sus brazos rodearon con delicadeza a Taehyung, ofreciendo un abrazo que buscaba calmar el dolor y ofrecer perdón en medio de la confusión y el sufrimiento. Era un gesto que trascendía las palabras, una expresión profunda de apoyo y comprensión.

Taehyung se deja envolver por el abrazo, sintiendo cómo la calidez y la seguridad que Jimin le ofrecía comenzaban a desarmar las defensas que había construido meticulosamente en torno a su corazón. Las lágrimas brotaron sin control, liberando años de angustia reprimida y soledad. Era un alivio sentir que alguien finalmente entendía su dolor.

— Debió haber sido muy duro para ti —susurra Jimin, sus palabras llenas de compasión y empatía. El lo supo en cuanto Tae le devolvió el abrazo con la misma intensidad con la que el lo había abrazado. Algo muy malo había pasado, Tae tenía el derecho de explicarse, no era el que menos estaba sufriendo. Algo muy turbio estaba sucediendo, y el necesitaba saber, que era.

NEMESIS | KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora