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Han pasado días desde que van a visitar la casa de la abuela de Tae y de haberle presentado a su nieto. La búsqueda de su padre se ha intensificado, lo cual le ha quitado todo el tiempo posible, y ahora que sabe que quiere volver con Taehyung, le desespera más la situación.

Ahora, Jungkook, Jimin y la pequeña Hari se encuentran dentro de la Jeep de Jungkook. Jimin conduce, Jungkook va de copiloto, recostado y con los ojos cerrados pero no dormido, y Hari duerme en la parte de atrás, ya que son apenas las 4:47 de la madrugada. El silencio en el vehículo solo se interrumpe por el suave ronquido de Hari y el ocasional suspiro de Jungkook.

Jimin frena despacio para doblar en la siguiente calle, lo que llama la atención de Jungkook, obligándolo a abrir los ojos ya que el camino que recuerda no les exige doblar en ninguna parte. Confundido, Jungkook se endereza en su asiento y mira alrededor, tratando de identificar su ubicación. Ve que la calle por la que están a punto de doblar no es familiar y frunce el ceño.

— Jimin, ¿a dónde...? —Jungkook se queda en silencio cuando mira bien hacia el frente y ve a lo lejos a Seoyul, descansando en la maleta aparentemente queriendo dormir, y a Taehyung a su lado esperando a que Jimin termine de llegar—. No...

— Sí —asiente Jimin—. Invité a Taehyung y a Seoyul al campamento.

— Pero...

— ¿Que? Dijiste que querías volver con él...

— Pero cuando encontrara a mi papá... ahora, yo...

— ¿Por qué estás tan nervioso? Es solo Taehyung, no es como si te estuvieras enamorando de él recién. ¿O sí? —pregunta Jimin con una sonrisa juguetona.

Jungkook no responde y Jimin termina de estacionarse. Saca la cabeza por la ventana y grita:

— ¡Buenas madrugadas!

— ¡Buenos días! —responde Tae con una sonrisa. Jimin baja del auto para ayudarles, pero Jungkook, en un primer momento, no lo hace. Se queda en su asiento, respirando hondo, tratando de calmar los nervios que lo invaden. Finalmente, abre la puerta y baja del auto.

— Jungkook, baja, ayúdanos a subir los bultos —dice Jimin con dobles intenciones.

Jungkook suspira y mira a Tae y a Seoyul, quienes parecen expectantes. Se siente dividido entre la urgencia de encontrar a su padre y el deseo de pasar tiempo con Taehyung. Lentamente, se acerca al maletero y empieza a ayudar a cargar los bultos. Mientras lo hace, sus manos rozan las de Taehyung, provocando un ligero rubor en sus mejillas. Siente un cosquilleo en la piel por el contacto y sus nervios aumentan.

— No, no te preocupes, yo los subo —dice Tae, acercándose al maletero y agarrando una de las mochilas pesadas. Se esfuerza por levantarla, sus músculos tensándose bajo el peso.

— Jimin, seguro que a Jungkook no le importa que vengamos nosotros —añade Tae, girándose para hablarle a Jimin en un tono muy bajo para que Jungkook no escuchara.

— Estoy seguro, Tae —dice Jimin con una sonrisa tranquilizadora mientras toma otra bolsa del maletero—. Es solo que está un poco cansado, ya sabes, lo desperté muy temprano porque el camino es largo y hay que aprovechar al máximo el día.

Jungkook mira a Taehyung y luego a Jimin, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción. Lentamente, se acerca al maletero y empieza a ayudar a cargar los bultos. Seoyul, quien ha estado medio dormido, se despereza y se baja de la maleta para ayudar también. Hari, en el asiento trasero del jeep, empieza a despertarse, parpadeando con sueño.

— Papi, ¿ya llegamos? —pregunta con voz somnolienta mientras se frota los ojos.

— No, cariño, todavía falta un poco —responde Jimin, acercándose an ella y acariciando su cabello con ternura—. Pero estamos haciendo una pequeña parada para recoger a unos amigos.

NEMESIS | KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora