|❤️‍🔥🔥~Del Miedo a la Lujuria~🔥❤️‍🔥|* [Night X]**‼️🔞‼️**[FINALIZADA]

•~{Capítulo 2}~•

–¡No me toques mal parido!–. Intentó forzajear, mientras su cuerpo era aplastado y a la misma vez, siendo frotado contra el cuerpo de su "amigo".– ¡Hijo de perra! ¡Si no fuera por el alcohol, ya estarías muerto!

–Shhh...–. Comenzó a acariciar las piernas del contrario.– Tienes buen cuerpo corazón~

–¡Ahhh!–. Comenzó a gritar desesperado al no poder zafarse del agarre del robusto.– ¡Suéltame puto!

El hombre había traído consigo algunas sogas o lo que sea necesario en una mochila por si su compañero llegaba a ponerse difícil de manipular. Con ellas lo ato en la cama, estirándolo para que no le sea fácil moverse.

–¡Ayudaaa!–. No tuvo de otra más que pedir ayuda. La risa del más grande hizo que lo mirara de reojo.– ¡Maldito idiota!

–Me parece que no será una posibilidad escucharte gemir.–. Comentó, haciendo que Señor X se sonroje y enoje aún más.– Ya regreso cariño, no tardaré~

–¡Ni regreses! ¡Nadie te necesita estúpido!

.....

En su auto había dejado cintas y trapos para poder cubrir la boca del escandaloso, con la linterna de su celular se guió hasta la salida de la mansión, en donde la puerta estaba abierta.

Pero notó algo en la soledad de la casa.
Su amigo había desaparecido...

Buscó con la mirada y linterna a su alrededor, notando varias señales grafitis y hasta palabras incomprensibles. Tardo en darse cuenta de que había ingresado en una mansión maldita.

La puerta había sido azotada, haciendo que de un brinco del susto, el frío de la noche entrar por las ventanas rotas y paredes derribadas lo envolvían en miedo abundante.

La linterna de su celular comenzó a palpitar y a apagarse lentamente.

–Carajo.–. Reviso su teléfono y a pesar de tener suficiente batería, dejó de funcionar por razones desconocidas.

No le dio importancia y decidió salir rápidamente sin preguntar. Pero raramente, la puerta tenía llave.
Decidió salir por las paredes derribadas, pero antes...

Nuevamente, la misma silueta desconocida frente suyo, impidiéndole el paso a la salida. Sus ojos oscuros más un punto rojo brillante haciéndose pasar por pupilas.

–No te tengo miedo cabrón.–. De su bolsillo sacó una navaja, dispuesto a enfrentarse a la deidad.

–¿Crees que con esa mísera cuchilla vas a darme miedo?–. Su mandíbula rota y sangrienta se abrió en una enorme sonrisa, mostrando sus afilados y manchados dientes.

–¿Quien mierda eres?–. Temía por su vida.

–Nightmare~–. Contestó.–Un placer tener tu alma en mi reino.–. Sin tardar, comenzó a acercarse hacia el hombre rápidamente, quedando en frente en un abrir y cerrar de ojos.

Sostuvo el cuello del tipo y lo alzó fácilmente gracias a su tamaño y fuerza. A la misma vez, lo tomó desde su cintura y comenzó a estirarlo.

Los gritos ahogados del hombre suplicando por compasión solo lo citaban a seguir con lo suyo, ignorando las súplicas que de todos modos no haría caso.

Segundos después, el crujir de los huesos del cuello ajeno rompiéndose junto a los tendones y venas se hizo escuchar, más los gritos ahora desgarradores.

–Eres un inútil.–. Fueron las últimas palabras que el contrario pudo escuchar antes de morir trágicamente.– Tanto que tu alma no me serviría de nada.

Logró romper el cuerpo en dos partes, en una mano tenía su cabeza y en la otra el resto. Abrió las puertas de la mansión y salió lo más cercano a la carretera para tirar el cuerpo sin vida para que algún camión lo aplastara y lo haga mierda más de lo que ya era.

Aquella mansión era su hogar, tenía aspecto de estar abandonada y convertida en un basurero. Pero era la mejor visión para los tipos sin cerebro que querían probar su valentía enfrentándose a él. Vaya idiotas.

Sabía que faltaba uno más por matar, y como estaba en su habitación, en su cama atado, no tendría problemas en poder llevar su alma.

Al entrar nuevamente a su hogar, los pasos presurosos del último humano lo pusieron en alerta.

Exacto, el chico logró romper las sogas.

Con una linterna que estaba guardada en la mochila del ya fallecido, salió de la habitación e intentó buscar una salida. No sería nada fácil.

Su cabeza daba mil vueltas, sus ojos estaban completamente cansados, debido a la Viagra, su miembro había endurecido y su cuerpo ardía en llamas. Pero tenía que salir de ese lugar cueste lo que cueste.

Bajó al primer piso, adentrándose en la sala enorme.

Sus piernas temblaban y lo obligaron a sentarse en los sofás viejos y llenos de polvo. Su respiración comenzó a agitarse, provocando que se desmorone en los cojines de los muebles.

El gran deseo de poder coger y deshacerse del dolor en su parte íntima causaron en el, la idea de frotarse contra algo suave y duro a la vez.

Volvió a levantarse aún con la linterna encendida, y sin darse cuenta, había subido nuevamente al segundo piso. Los mareos lo azotaron contra la pared, manteniendo su cabeza gacha para poder tomar un poco de aire y no gemir inconsciente.

Mientras se tranquilizaba, un pequeño gruñido llamó su atención. Alzó la mirada y se encontró con la cara más terrible y tétrica que pudo haber visto en toda su miserable vida.

Mostrando toda la luz de la linterna hacia el rostro de lo que llegó a reconocer como "demonio".

Si estuviera consciente, hubiera pegado un grito desgarrador y escaparía sin dudarlo.
Pero sus hormonas estaban demasiado alocadas para poder reaccionar de esa manera.
Raramente, el demonio se convirtió en una buena opción para poder pasar la noche.

Continuará...

(No lo culpen, estaba ebrio y para colmo, había consumido una gran cantidad de Viagra 🤙)

Gracias por leer.💗💗💗