Dios mío ¿QUÉ?

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Mi mamá tiene casi una semana conmigo y todavía no nos ponemos al corriente con todas las cosas que tenemos por platicar. 

-Ann- mi mamá llamó mi atención mientras platicábamos de otras cosas y yo me limité a verla y sonreír- tengo que decirte algo importante.

-¿Qué es ma? Dime, ya sabes que podemos contarnos todo sin problemas.

-Lo sé, linda. Sientate por favor.

-¿Qué pasa? Mami a veces eres tan extraña

-¡Analía!- me  senté en el sofá de mi habitación y mamá se sentó conmigo- Estoy viendo a alguien pero, no es nada serio y si no te parece...

-¡Basta, mamá!- la interrumpí -me gusta que salgas con alguien. Dime cómo es. Quiero saberlo todo.

Mami y yo estuvimos platicando de eso como por vario tiempo, parece que el nuevo novio de mamá era una monada. 

-Perdón por interrumpir, señoritas pero, ya está en el cine la peli que querías ver Annie y compré boletos para los tres. Tienen 45 minutos para estar en mi coche. - Adam cerró la puerta y mi mamá entró a cambiarse al baño. Yo me puse un romper negro con un kimono floreado y sandalias.

-Oye Ann, tú y Adam... han cambiado las cosas, ¿cierto? 

-No sé de qué hablas. Adam y yo somos mejores amigos.

-Bueno, entonces avísale a él porque parece que le agradas de otra forma.

-Adam y yo somos mejores amigos y lo sabes, aparte acaba de terminar con su novia de casi un año y aunque no sea mucho no es fácil de superar.

-Di lo que quieras. Las madres siempre tenemos la razón y a eso agrégale nuestro 6to sentido. Eres linda y no me sorprendería si le atrajeras a Spencer y a Adam.

-Ya, mamá párale a tus locuras. Hace dos día que no hablo con Spence y vámonos porque Adam seguro nos está esperando.

Fuimos al cine de un mall cerca de casa. Era un lugar muy grande y había tiendas para todo. La familia de Adam es muy reconocida en California y digamos que están muy bien económicamente, por eso tenía una casa para él y no me cobraba el alquiler. Adam había venido a Virginia a estudiar en una de las mejores universidades de arte del país y yo estoy becada aquí. Entramos al cine a una sala VIP donde cada dos asientos hay una mesita separando. Mi mamá me jugó una mala y se sentó sola dejándome a mí con Adam. La función iba perfecta. Había esperado esta película por casi 3 meses y por fin iba a verla con mi mamá y mi mejor amigo. A la mitad de la película en medio de una de las escenas más importantes mi mamá recibió una llamada que la sacaría de la sala aunque no quise hacerle caso y dejé que se fuera. La película terminó y mi mami no había vuelto, la única persona que conoce bien acá es Spencer y ese hombre siempre estaba tramando algo. Adam me invitó a una nieve mientras caminábamos por el centro comercial. No dejaba de pensar en lo que me había dicho mi mami, eso de que tal vez le guste a Adam pero no lo creo. Somos muy extraños. El timbre de mi celular me sacó de mis pensamientos.

-Hola bonito.-contesté

-Hola Analía ¿Cómo estás?

-Bien, escupe. Para qué le hablaste a mi mamá a mitad de una película, inhumano insensible.

-¿YO? No, de hecho te iba a invitar mañana al cumpleaños de Rossi, vamos a hacerle una cena italiana y quería que estuvieras conmigo, aunque siempre quiero que estés conmigo

-Me encanta la idea, Dr. Lo veo mañana.

-Muy bien señorita Stromberg.- un silencio de 5 segundos nos intimidó a ambos- Annie

-¿sí?

-te quiero...-Mil millones de mariposas entraron por mis ojos, orejas, naríz y boca dirigidas hasta el estómago poniéndome nerviosa y feliz

-Yo tambien, Spencer...-colgamos y sentí como si no pudiera esperar ni un segundo más para verlo.

Mi mamá me mandó un mensaje. Parece que se vería con una amiga que tenía aquí y que se quedaría hasta tarde.

-Adam, vamos a hacer algo. Yo vengo bien vestida y tú tan bestia como siempre, es temprano y no quiero volver a casa aún. ¿por qué no vamos a tomar algo?

-Conozco un bar, en las noches tienen como karaoke y..

-Vamos, me encanta.- Lo tomé de la mano como siempre que salíamos, válgame, éramos como hermanos. Llegamos al bar y Adam conocía a varia gente de allí. Nos dieron una buena mesa y un mesero lo llamó por su nombre.-Vienes mucho por aquí?

-Cada vez que puedo y que no quiero llegar a casa para que te preocupes un poco por mí.- tenía que alzar la voz porque la música la ahogaba. –¿Te gusta?

-Sí, sería mas cool si te subieras a cantar. Te encanta cantar y me gusta cuando cantas.- Se lo dije muy cerca del oído para que pudiera escucharme.

Tomó un tarro con cerveza y fue a anotarse para cantar. No era broma que cada que lo escuchaba cantar se me hacían como maripositas en el estómago y se me hacía chiquito el corazón. Por fin se subió a cantar. Sentí que estaba sola en nuestra sala y que sólo estaba su guitarra, él y yo por el momento. No quería que esto terminara. Sabía que había cantado esa canción a propósito y es que amaba cuando él y Pablo Alborán se hacían uno.

-Annie - me tomó por la cintura y se acercó a mi rostro por un costado- ¿te gustó? –no pude hacer otra cosa más que asentir y lo que no veía venir de ningún lado fue lo que pasó después. Sin pensarlo ni avisarme, tomando mi cintura, me besó. Me besó como si hubiera esperado siglos para hacerlo. Como si su vida dependiera de ello y yo, yo sólo pude pensar que mi mamá no estaba tan equivocada como yo pensé...

d(A

Salgo con un agente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora