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Kurosaki Ichigo es un príncipe, el cual justo después de cumplir 18 años es obligado a casarse con alguien de su reino, por lo que el palacio organiza un baile para buscarle pareja.
Toshiro Hitsugaya es solo un simple empleado junto a su amiga M...
Iba acercándose a las escaleras con una sonrisa ladina, debía admitir que estaba muy emocionada por llegar al palacio ya que deseaba ver las elegantes vestiduras, las joyas caras, los buenos modelos, absolutamente todo lo que se pudiera encontrar en el castillo. Con esto en mente continuó caminando hasta que llegó a las escaleras y en la parte baja, cerca de la puerta, pudo escuchar leves sollozos provenientes de un pequeño bulto en el suelo, al parecer se trataba de una persona por lo que empezó a bajar los escalones hasta que notó que se trataba de su querido mejor amigo.
¡Toshiro!¿Qué te sucedió?─ Corrió acercándose al peliblanco, observando que este tenía su rostro hundido entre sus piernas.
¡Hitsu! ¿donde esta Rukia?¿Qué pasó?─ entró en pánico ¿de qué se había perdido? ¿Por qué Toshiro estaba llorando? Las preguntas la invadían, más las respuestas no llegaban por parte del peliblanco quién repentinamente dejó de sollozar al notar la presencia de la pelinegra.
¿Hi..hi-hi-namori?─tartamudeó levemente mientras levantaba su mirada hacía la contraria.
Toshiro…─la mayor no podía creer lo que veía, el menor tenía los ojos rojos e hinchados con pequeños lágrimas secas debido a su lloriqueo, el corazón se le destrozaba ante aquella imagen y no pudo evitar acercarse y abrazar al otro protectoramente, de verdad le dolía verlo en ese estado.
Rukia se fue…─susurró, afortunadamente la pelinegra lo logró escuchar y su sorpresa no se hizo esperar pues se suponía que irían junto a Rukia al evento.
¿Qué?¿Se fue?¿Por qué?─ le preguntó, necesitaba saber qué había sucedido y rápido.
Después de unos segundos no hubo respuesta por parte de Toshiro por lo que sólo dio un suspiro y se dedicó a tocar su cabello blanco con suavidad para que se tranquilizará, notando que la vestimenta del menor al igual que su cabello, estaba manchados de algo rojizo y por el fuerte olor a alcohol que sentía, debía de tratarse de algún vino.
“¿Qué te hicieron Toshi?” Pensó intranquila mientras intentaba imaginar lo que le había sucedido al de ojos turquesas, más no lograba conseguir saber que realmente había pasado.
Esa mujer…─Momo volvió su mirada al peliblanco al escuchar su murmullo.
Me derramó su vino encima…─terminó de decir mientras sus ojos se cristalizaron ante el recuerdo de ese momento.
“¿Esa mujer?¿Rukia?”─ se negó rápidamente a esa idea ya que estaba segura que la Kuchiki menor sería incapaz de hacer algo como eso a Toshiro.
“¿Entonces?¿Ella…?”
la pelinegra apretó los puños levemente con rabia, entendiendo que Hitsugaya se refería a la señora de la casa. Era claro que tenía que ser ella pues era la única que parecía tenerle cierto odio y rencor a Toshiro.
No te preocupes, ya pasó, ahora yo estoy contigo─le mencionó al menor, abrazándolo fuertemente y siendo correspondido por este que lloraba silenciosamente en su hombro.
De repente la pelinegra escuchó pasos acercándose a ellos hasta que se detuvieron frente a ella, giró su mirada y pudo ver a una mujer que no había visto nunca en aquella mansión ni tampoco en el pueblo, esta vestía un traje de color azul claro y su cabello era de color castaño.
¿¡Quién es usted!?─gritó un poco alterada ante la desconocida presencia, no tenía idea de quién era y eso le hizo levantarse para después poner a el peliblanco detrás suyo, intentando protegerlo.
No te preocupes, no les haré nada a ninguno de los dos, en cambio, les ayudaré a llegar al palacio─mencionó calmadamente aquella damisela mientras les miraba con amabilidad.
“¿Qué?”─pensó Hinamori sorprendida por lo que decía la chica sonriente.
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Lentamente cerraba uno a uno los botones de la camisa, podía divisar desde la ventana de su habitación a los invitados llegar en carruajes a la entrada del Palacio, no faltaba más que 15 minutos para que el baile diera inicio por lo que los nervios se hacían presentes en él.
Hacía ya bastante tiempo que sus padres no organizaban ese tipo de eventos en el Reino por lo que era un poco natural que se sintiera intranquilo con la presencia de más personas en este.
“Toc toc” escuchó un leve toque en la puerta y sin previo aviso fue abierta, revelando a su madre con una expresión tranquila.
¿Ichigo estás listo?─preguntó Masaki acercándose a él a paso lento.
Ya casi─le respondió intentando acomodar correctamente aquella camisa blanca con detalles de partes doradas y una pequeña flor en el bolsillo.
Recuerda que hoy es el día, así que debes verte elegante─Repentinamente la mujer puso sus manos en su vestimenta y con lentitud la fue acomodando de la manera correcta.
Lo sé─afirmó con serenidad.
La Kurosaki solo sonrió con dulzura, su pequeño Ichigo había crecido mucho y ahora estaba a un tiempo de casarse, eso la ponía muy feliz pues al fin podría convertirse en suegra.
¿Madre, estás llorando?─preguntó preocupado el menor al notar las claras lágrimas en los ojos de su madre.
Es de felicidad, Ichigo─mencionó la mujer quitándose las lagrimillas con una sonrisa marcada en su rostro.
Te esperó en la planta baja, hijo─ él asintió levemente.
Después de unos segundos la pelinaranja se había retirado, dejándolo nuevamente solo en su habitación.
Bajó su mirada y notó un elemento faltante, sus manos estaban al descubierto.
“los guantes” fue su pensamiento, recordando que tenía que ponerse aquellos guantes blancos que iban en conjunto con su ropa.
Rápidamente los buscó entre una mesilla y los tomó, poniéndoselos presuroso.
Ah─suspiró por última vez antes de salir de ahí, calmando sus nervios.
Sin más, salió de su pieza en dirección a la parte baja en donde le esperaban la mayoría de personas en todo el reino, ya sean de la realeza o no.
Fin del cap 5 :) ─────
Aparecí gente :v,este cap se me fue un poco corto pero espero igual lo disfruten :). También quería decir q cambie el separador y espero les haya gustado el nuevo
