→𝘊𝘦𝘯𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘢. (Ichigo x Toshiro)

13.

Y ahí estaba, aquella figura alta se bajaba del caballo lentamente, de manera tan cuidadosa que se notaba su nobleza hasta desde lejos, de manera tan sorprendente que reflejaba su hermosura. Sin duda, podía entender porque había apresado su corazón helado.

Sus pisadas pronto resonaron frívolamente y lo vió acercarse muy calmadamente, su cabello color anaranjado brilló con la luz del sol y sus finas ropas cosidas por telas caras opacaron la zona. Irradiaba elegancia natural que no buscaba atención, pero aún así la recibía. Le pareció casi irreal la presencia qué tenía desde lejos y aún más cuando se acercó a ellos sin apuros.

Pronto estuvo frente a ambos, volteó a mirar a Hinamori y después a él, sus miradas se encontraron como sí se buscaron instantáneamente y presurosamente pareció que lo estaba atravesando solo con la mirada, lo que lo ponía aún más nervioso a causa de que tenía el cabello muy desordenado y estaba desarreglado para el momento, le hubiese gustado haber podido cambiar de vestimenta.

Había dicho que vería cómo hacer, pero sin dudas no sabía qué hacer en ese momento teniendo a Ichigo frente a él, pues no sabía ni qué decirle porque este lo miraba con una dulce sonrisa debido a que ya sabía que era él, pero quería molestarlo un poco.

Repentinamente el pelinaranja chasqueó los dedos y el sirviente que tenía el zapato
de cristal en una almohadilla se acercó a ellos, el heredero tomó entre sus manos el zapatito y se arrodilló ante él.

Rápidamente se sintió muy desconcertado, al igual que los guardias y Momo lo hicieron, sobre todo los guardias ya que en todas los hogares que ya habían pasado, el príncipe no había decidido él mismo poner el zapato, solo a el peliblanco enfrente, no había dudas para ellos, se trataba de quién buscaba desesperadamente.

Su pie fue tomado por las cálidas manos del pelinaranja de una manera sútil. Ante el toque, su rostro ardió como el fuego en llamas, toda la situación se sentía irreal aún siendo completamente real y es que podía jurar que su corazón estaba a punto de huir de su sitio como muchas veces ya le había pasado, pero¿Es que quién no sentiría así en una situación igual?

Pronto pudo sentir el frío cristal apoyarse en su talón y segundos más tarde finalmente el zapato estuvo perfectamente alineado en su pie, como si estuviera hecho a su medida, lo que claro, era cierto.

Y antes de que pudiera comprender todo el acto, el príncipe se incorporó y está vez, le tomó su mano con gentileza, para que con una naturalidad que le robó el aliento, depositar un pequeño besito en ella de modo muy llamativo.

¿Cómo has estado, Hitsugaya?─

y por primera vez en todo ese rato, el Kurosaki al fin había mencionado unas palabras, que por tan sencillas que fueran, se sentían como un abrazo a su corazón.

Bi-bien...¿y t-tú? ─tartamudeó ligeramente, estaba muy nervioso, sonrojado y desconcertado, tenía todas esas emociones mezcladas que solo llegaban al resultado de sentirse afortunado por que fuera correspondido por alguien tan bueno y amable como el pelinaranja.

¿Yo? Mejor ahora que te he encontrado─
El mayor mencionó con sinceridad cargada de emoción.

Su blanca piel se volvió más rojiza con los segundos ante el comentario mientras era contemplado por el noble qué estaba curioso por verlo muy rojo. Su timidez aumentaba aún más, puede que ya antes hubiera hablado con el contrario, pero aún así ahora se sentía muy exaltado, seguramente pronto se podría desmayar del nerviosismo.

No pensé que harías una búsqueda del tes-tesoro para encontrarme─dijo levemente mientras se tocaba la nuca nerviosamente y miraba a Hinamori para no mirar directamente al mayor ya que era muy incapaz de hacerlo en el instante. Triste y lamentablemente, Momo solo lo veía con una sonrisa juguetona.