𝟏𝟕 𝐋𝐚𝐩

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This ain't for the best
My reputation's never been worse, so
You must like me for me

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La pequeña oficina de la FIA estaba cargada de tensión. Oscar, Leclerc y Logan se encontraban sentados en una fila, con sus res
pectivos jefes: Zak Brown, Fred Vasseur y James Vowles, detrás de ellos. Frente a ellos, con expresiones de resentimiento y bolsas de hielo en sus rostros, estaban Eric y Ferran. La atmósfera era densa, con un silencio casi palpable, solo interrumpido por el ocasional crujido de las sillas y el murmullo de los comisarios.

Finalmente, la puerta se abrió, y los representantes de la FIA entraron, acompañados por varios comisarios de pista. Uno de ellos, un hombre mayor con el cabello plateado, se aclaró la garganta y tomó la palabra.

—Hemos revisado la situación y la evidencia de las altercaciones en el paddock —comenzó, su voz grave resonando en la habitación—. La gravedad del caso es evidente, y debemos proceder de acuerdo con las normativas. Empezaremos escuchando a los futbolistas.— expresa al final viendo a ambos deportistas mallugados. García, aún sosteniendo una bolsa de hielo contra su mandíbula, se inclinó hacia adelante.

—Estos pilotos son unos agresivos. Nos atacaron sin provocación alguna. Nosotros solo estábamos tratando de disfrutar del evento, y ellos nos atacaron. Merecen ser descalificados del campeonato. —Eric miró a los pilotos con odio.

—Esto es inaceptable. Los pilotos deben ser un ejemplo, y lo que hicieron es completamente inaceptable. Deberían ser castigados severamente.— continua desacreditando Torres.

Los comisarios intercambiaron miradas antes de dirigir su atención a los pilotos. Luego se le dio las palabras a los pilotos, iniciando con Sargent quien tenía un tono calmado y una mirada casi asesina hacia los futbolistas.

—Entendemos la gravedad de la situación y no negamos que hubo un altercado. Sin embargo, nuestras acciones fueron una respuesta a provocaciones extremas y publicaciones difamatorias dirigidas hacia una persona cercana a nosotros. —Logan hizo una pausa, mirando a los comisarios a los ojos—. Nadie debería tener que soportar lo que Madeline soportó por culpa de esas publicaciones.— recuerda su verdadera razón de estar en una pelea. Leclerc fue el siguiente en hablar luego.

—¡Nos provocaron deliberadamente! —exclamó, su frustración evidente—. Publicaron mentiras y atacaron a Madeline de una manera que ningún hombre podría tolerar. No nos quedamos de brazos cruzados mientras se cometía una injusticia. No somos violentos por naturaleza, pero nos vimos obligados a defender su honor.— le hace ver el Monegasco a los comisarios y representantes de la FIA. Los ojos de Piastri se posaron en los dos futbolistas, segundos después fue su turno de hablar,  se levantó de su asiento, sus ojos echando chispas.

—¡Esos dos bastardos no solo difamaron a Madeline, sino que también intentaron destruir su reputación y la nuestra! —dijo, su voz temblando de rabia—. ¿Cómo esperan que alguien responda ante tales ataques? Simplemente, no podíamos quedarnos de brazos cruzados. ¡No mientras ella estaba siendo destruida públicamente!— expresa con coraje y rabia, era lo único que sentía al ver al ex-esposo de la catalana. 

The Prophecy┃Oscar Piastri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora