𝐇𝐞𝐚𝐭𝐢𝐧𝐠 𝐮𝐩 𝐦𝐨𝐭𝐨𝐫𝐬

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En lo alto de uno de los numerosos edificios que pueblan la vibrante ciudad de Barcelona, Madeline Zomer estaba editando una nueva pieza publicitaria

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En lo alto de uno de los numerosos edificios que pueblan la vibrante ciudad de Barcelona, Madeline Zomer estaba editando una nueva pieza publicitaria. Madeline era una fotógrafa deportiva, conocida como una de las mejores que el FC Barcelona había tenido en su historia. Sin embargo, su carrera sufrió un giro drástico hace un año, tras una situación personal devastadora. El club le dio la espalda y la despidió de manera abrupta, dejándola a la deriva en una vida que nunca había deseado.

Ahora, en lugar de capturar la emoción del Camp Nou con su cámara, Madeline se encontraba atrapada en un monótono cubículo de oficina, ajustando anuncios publicitarios en horarios fijos. La rutina era asfixiante, un triste contraste con la dinámica y apasionante vida que llevaba antes, cuando formaba parte del grupo de WAG's del equipo y tenía acceso privilegiado al corazón del fútbol de élite. El brillo de aquellos días parecía un sueño lejano mientras lidiaba con la opaca realidad de su presente.

—¿Hace cuanto no duermes?— le pregunta una voz masculina, ocasionado una interrupción en sus pensamientos, a lo que segundos después levanta la vista y visualiza a su compañero de trabajo, Sam.

—¿Eso importa?— pregunta un tanto desganada mientras regresa su vista al computador.

—En realidad a nadie le importa, porque todos los que estamos aquí vivimos una vida asquerosa, pero bueno, toma un poco de café, tal vez te quite un poco el sueño— le medio trata de "animar" su amigo y compañero, por lo que ella agradece con una sonrisa y toma el vaso de café para beber un poco del contenido.

—¿Tú como vas con tu trabajo?— trata de hacerle un poco de conversación para despejar un poco su mente y también para matar tiempo, ya que en media hora sale del trabajo.

—Del asco, mucho por editar, poco tiempo por desarrollar, la verdad estoy pensando en regresar con mis padres y vivir de mantenido de por vida— contesta con ese tono gracioso el castaño, aunque había cierta verdad en su humor.

—Ni me lo digas, por mi fuera y tomo un vuelo con destino a Francia, le pido un trabajo decente a mi padre, pero eso me destruiría más mi ego, la otra opción es más que nada, perder mi dignidad, aunque ahora que lo pienso, ya ni eso tengo, entonces la segunda opción me la estoy pensando— responde con ese mismo humor la española mientras bosteza un poco y bebe un poco de café.

—¿Y la segunda opción es?— inquiere Sam.

—Pedirle matrimonio a algún futbolista, podría ser mantenida de por vida— responde seria, a lo que mira a su amigo rápidamente y ambos no dudan en lanzar fuertes carcajadas.

—¡Jodete Maddie!, prefiero pedirte matrimonio yo y mantenerte, los futbolistas son de lo peor, mala elección Madds— responde en un tono molesto pero gracioso el castaño, a lo que ambos vuelven a reír.

—Bueno, tienes razón mala elección— concuerda la pelirroja para mirar al computador y notar que le llega un correo, por parte de su jefe, pidiéndole que le envíe la publicidad en la que estuvo trabajando dos horas— ¡upss!, me gustaría seguir con la charla Sam, pero el jefe necesita la publicidad....— interrumpió la charla abruptamente.

The Prophecy┃Oscar Piastri.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora