Begging for mercy

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Eran aproximadamente las 6:00 p.m., cuando oyó el carro estacionarse se levantó del asiento y dejo el libro que se encontraba leyendo en la mesa.

-Hola Will, ¿Qué tal estuvo tu día?.- Decía Hannibal sonriente mientras entraba a la casa.

-Tan bien como se puede estar cuando eres un prisionero.

-No eres un prisionero, solo estás en un proceso de rehabilitación.- Hannibal se acerco a Will y vio que la comida que había dejado sobre la bandeja estaba casi completa.- Casi no comiste, eso no esta bien.

-¿Me vas a castigar como si tuviera 5 años? ¿Vas a amarrarme y a meterme otra vez en el sótano? Ya conseguiste lo que querías, ya basta de todo esto Hannibal. Dime que quieres para dejarme ir.

-No planeo castigarte.- Hannibal miro el labio inferior de Will que se encontraba ligeramente hinchado por la bofetada que le había dado.- De hecho, quería disculparme por esto.- Toco cuidadosamente sus labios.

Will no se aparto, en el pasado nunca le había molestado que Hannibal lo tocara y aunque ahora no quería que lo hiciera y menos después de como lo había hecho "confesar", no demostraría miedo, iba a salir de aquí. Ya antes había pensado en usar el afecto que Hannibal sentía por él para ayudarse y este parecía ser un buen momento para empezar.

-Disculpa no aceptada.

-¿Qué puedo hacer para que me otorgues tu perdón? Solo hay una cosa que sale del catálogo de peticiones y sabes bien que es, fuera de eso lo que quieras será tuyo.

-Si me niegas lo único que realmente me importa no creo que tu arrepentimiento e intenciones sean realmente sinceras. Ya supiste lo que te interesaba ¿Qué más esperas de mí? ¿Debo ponerme de rodillas? ¿Suplicarte?

-Yo no soy él.- Will se tenso al escucharlo.- Jamás te forzare a que hagas algo que no quieras, nunca te lastimaría de esa forma. Me gusta la forma desafiante en que me ves no soportaría que me vieras con la mirada que mostrabas ayer.

-Parecías muy divertido con mi dolor, todo este tiempo lo has disfrutado, desde que supiste de mi encefalitis hasta mi ataque de pánico al tenerme a tu merced.

-Puedo darte mil explicaciones pero estas cerrado a escucharlas, lo entiendo. Quizá mi comportamiento te ha confundido. ¿No me permitirás redimirme?

-No veo cómo podrías hacerlo si no me dejas ir.

-Te ofrezco obtener justicia, castigar a quién sin consideración lastimó tu cuerpo.

-Deja de recordármelo.

-No es que quiera, pero no puedo simplemente dejar pasar ese ultraje hacía tu persona. Escribió todo en un diario, ¿Lo sabías?

-¿Cómo sabes eso?.- Will palideció.

-Lo encontré en su casa.- Hannibal abrió su portafolio y saco el diario.- Todo lo ocurrido esa noche esta aquí.

-¿Lo leíste? ¿Alguien más lo ha leído?.

-Solo yo.

Las mejillas de Will se ruborizaron y su cuerpo empezó a temblar.

-¿Por qué? ¿Por qué te empeñas en hacerme esto?.- Will dio un paso hacia adelante tomando el cuello de la camisa del mayor con fuerza.- No tenías derecho, ¿Qué pretendes? Leerlo cada que me porte mal y tengas que reprenderme. Basta, ya basta.

-Will, por favor mantén la calma. Respira.

-No quiero calmarme, quiero que me dejes ir, quiero mi vida de regreso, quiero a mis perros de vuelta, quiero irme a mi casa.- Will lo sacudió un par de veces de forma agresiva.

Wicked loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora