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Ambos terminaron y bañaron juntos. Félix ya sentía el dolor de cadera aproximarse; aún así, no se quejó, lo disfrutó y estaba pagando el precio. Por otro lado, Hyunjin se encargó de bañarlo bien. No era tonto para no notar que Félix estaba muy agotado, y amaba consentirlo con actos de servicio, ya que no era muy bueno con las palabras, palabras que no ha podido decirle.
Salieron de la ducha y enrolló a Félix como un burrito en su toalla. Ninguno de los dos decía una palabra; el silencio era cómodo entre ellos y se comunicaban por acciones. Sentó a Félix en la cama y, aún con la toalla en sus caderas, buscó ropa cómoda para el rubio, un poco abrigada por el clima. Encontró su sudadera color gris con algunos estampados de estrellas, perdida hace como seis meses, y sonrió de lado al ver dónde había estado todo este tiempo. Escogió esa sudadera con unos pantalones de pijama algo anchos y medias con patrones de pollitos, típico de Lix. Se dirigió a donde estaba el rubio con las mudas de ropa y vio que Félix estaba durmiéndose, por lo que se dio la tarea de vestirlo rápidamente antes de que cayera en un sueño profundo.
—¿Tienes sueño, nene? —preguntó Hyunjin, conectando el secador de pelo al conector cerca de la cama. No quería que Félix durmiera con el cabello húmedo; no le gustaba ver a Félix resfriado, así que mejor lo cuidaba.
—Sí, quiero dormir —cabeceó por el agotamiento; se había corrido más de dos veces, era de menos.
Hyunjin se sentó detrás de Félix y empezó a secar su cabello dulcemente. Esta acción le parecía muy tierna a Félix, ya que Hyunjin aún llevaba el pelo mojado y no llevaba nada además de la toalla. Hyunjin siempre fue así, siempre me pone primero antes que él, pero esta vez se siente diferente, este chico.
Félix soltó una tierna risa, pensando en lo tierno y cariñoso que es el chico de quien se había enamorado.
—¿Y tú de qué te ríes? —preguntó Hyun, con algo de burla en sus palabras, moviendo el secador por todo el cabello.
—Nada, es solo que te quiero mucho, eso es todo.
Hyunjin suspiró, enamorado.
—¿Me quieres mucho? ¿Solo me quieres?
Félix respondió con silencio, ya que no sabía qué decir. Así que Hyunjin prosiguió:
—Niño, yo a ti te amo. Mmm, te amo mucho. Me he enamorado de cada fase tuya. No sé; no quiero sonar cursi, me da pena. Emm, no sé hace cuánto he caído ante ti, ni cómo. Solo sé que justo ahora te estoy secando el cabello, pero de algo estoy seguro, y es que nunca te vi como un simple amigo, menos como un hermano. Pero igual me daba miedo tu reacción al decirte que me encantas. A pesar del miedo, desde pequeño siento que nací para ti. De hecho, no me imagino una vida sin ti. Literalmente nací contigo; sin ti mi vida sería un desastre. Sin ti yo sería un desastre, chico. No te quiero decir palabras como: "¿quieres ser mi novio?", porque la palabra "novio" se queda tan corta a todo lo que quiero ser para ti. —Hizo una pequeña pausa—. Si también me quieres —hizo otra pausa—. Si es así, entonces dale una oportunidad a este chico enamorado. Haré titilar ese brillo en tus ojos, tan característicos de ti... ¿Qué puedes perder?
Hyunjin apagó el secador y peinó con sus dedos el ya seco pelo de Félix. Siguió peinando hasta que escuchó unos hipidos por parte del más bajo.
—¿Félix, estás llorando? —Hyunjin volteó a Félix, poniéndolo frente a él, viendo sus ojitos cristalinos, con su nariz de botón roja y mejillas rosas por las que se pasaban lágrimas.
—¿Por qué te declaras tan lindo? —sollozó más fuerte. Hyunjin besó su frente y sonrió inocente.
—Porque estoy enamorado, obviamente. No quiero que le digas a nadie que te dije todo eso; se supone que me da cringe el romance.

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Cruzando la línea|| Hyunlix
Fiksi PenggemarAquí nos encontramos con Hyunjin y Felix, conociéndose desde muy pequeños, siendo los mejores amigos del otro, hasta que despiertan unos sentimientos más allá de la amistad, forzando a los chicos a reprimir sin saber qué es en verdad lo que sienten...