Tenía esta historia muy abandonada, pero no crean que no la terminaré. Casi me morí cuando vi la última actualización (hace más de un año).
oOo
–¿Qué tan cerca estamos de tu casa?–preguntó F.F desde adelante, deteniéndose un poco.
El trío llevaba una hora cabalgando en silencio desde que habían acordado el plan: ir a Mile y ocuparse de la salud de Joseph. Si en el camino debían hacerse cargo también de los emmherios que habían capturado el hogar de Caesar, pues bueno, lo harían. Con o sin Príncipe Heredero, aunque Joseph deseaba de todo corazón que el amigo de Caesar lo hubiese localizado a tiempo.
–No queda mucho–respondió Caesar, pasando por alto el tono informal de la muchacha–, entraremos por el sur, no es un camino tan vigilado y hay un escondite cerca de la cascada donde nos podremos reunir en caso de cualquier cosa. Hacia allá vamos ahora.
Joseph suspiró y enderezó la espalda, irguiéndose. El muñón había comenzado a dolerle en pequeñas oleadas. Faltaba poco. Sólo debía resistir un poco más. Vamos cuerpo, no me traiciones, pensó. Sintió un toque en el brazo bueno y se sobresaltó, topándose con la mirada preocupada de Caesar.
–¿Cómo estás?–preguntó, apoyando su mano desnuda en la frente–. Tienes fiebre.
–Podría estar peor– dijo Joseph, obligándose a sonreír.
Caesar frunció el ceño, pero no respondió mientras miraba por fuera el vendaje y murmuraba cosas para sí mismo. De no ser porque estaba F.F a unos metros, Joseph hubiese besado al hombre al verlo así, tan cerca y recordar que era suyo. Que se correspondían. Oh, sí lo besaría muy apasionadamente. Se lo debía por todos los años en los que se había contenido, años en los que sus sentimientos habían macerado y hecho estragos en su corazón. Cielos, la fiebre me tiene mal. Sintió un calor agradable expandirse desde el ombligo hasta sus extremidades, como una droga poderosa tomando control de su cuerpo. Se sentía bien, pero años siendo militar y viendo heridas le habían enseñado que no era una buena señal. Parpadeó porque estaba comenzando a ver borroso y entre la bruma vio los ojos verdes de Caesar y se permitió sumergirse en esa mirada seria y experta.
–Dudo mucho que puedas estar peor– dijo la voz de F.F. en algún lugar cerca–. Dios, ya deja de ponerle esa mirada de cachorro perdido al hombre. Compórtate
Joseph se rió y no sintió dolor. ¿Acaso Caesar le habría dado algún medicamento? Parpadeó con esfuerzo y vio su hermoso rostro muy cerca. Quizá si se estirara un poco podría besarlo. O al menos rozar esos labios. Sentía su cuerpo extrañamente liviano, como si estuviera a punto de dormirse.
–No molestes, F.F. ¿no ves que me estoy muriendo?– logró decir apenas.
Una mano firme lo sujetó de la cintura. ¿Seguían cabalgando o se habían detenido ya? ¿Por qué había tanto silencio?
–¡No tienes permiso para morirte!– dijo F.F–. ¡Se supone que me vas a pagar una beca! ¡No te dejaré morir hasta que cumplas con tu parte, maldita sabandija!
–Prometo no morirme hasta pagarte la beca– confirmó Joseph solemnemente–. Ahora déjame en paz porque me voy a desmayar.
Lo último que escuchó fueron voces alarmadas y un sonido que parecía agua. Luego se sumergió en la oscuridad.
oOo
Cuando recuperó la conciencia y tuvo la suficiente fuerza para abrir los ojos, notó que estaba acostado en una camilla, rodeada de una cortina dolorosamente blanca, ya que reflejaba la luz que entraba por la ventana detrás de él. A juzgar por la luminosidad, debía ser cerca del mediodía. ¿Por qué había una ventana? ¿Dónde mierda estaba? ¿No se supone que estaba malherido en la mitad de un bosque?
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Diez años en el ejército por tu culpa #caejose
FanfictionAU de países en guerra en el 1800, príncipes, nobles y demases. No es necesario haber leído/visto JJBA #caejose única pareja Salen otros personajes de la saga, pero algunos son familia y otros no. Joseph detesta la guerra, la violencia innecesaria y...