Resultó que Ermes y Stroheim no resultaron ser tan desagradables como Joseph creyó que serían cuando los conoció en el primer día que llegó al ejército imperial. Después de varios meses de dura vida marcial e interminables campañas, terminaron todos siendo muy amigos y aprendiendo lo necesario para defenderse en la guerra inminente. Ermes terminó siendo experta en el combate cuerpo a cuerpo, era capaz de dejar a Joseph en el suelo en tan sólo unos segundos; Stroheim era muy bueno con los explosivos y Smokey era un luchador sigiloso, aludiendo a su pasado como ladrón de ferias y mercados.
¿Y Joseph? Bueno, lo que no lograron los mejores tutores y maestros de combate y armas en toda su vida como príncipe, lo logró el capitán Caesar Zeppeli en unos tres meses de arduo entrenamiento e implacables gritos, golpes y castigos. Si bien Joseph no era tan buen soldado como sí lo eran Ermes, Stroheim o Smokey, descubrió que era bastante bueno improvisando en el combate según lo que tuviera a la mano, lo que le había hecho ganar varios golpes e innumerables castigos por parte de Zeppeli por desobedecer órdenes directas.
Debido a los constantes castigos, Joseph terminó aprendiendo múltiples habilidades que no hubiese aprendido jamás en su vida como fiestero, como limpiar, lavar ropa, cocinar, construir e incluso coser ropa. Ahí donde faltaran manos lo enviaba Zeppeli cuando se sublevaba (que no eran pocas veces), pero sí comenzaron a ser menos frecuente conforme pasaba el tiempo.
No fue hasta un año después de su enlistamiento que el orgulloso capitán Zeppeli agradeció –por fin– la inventiva de su más rebelde soldado, cuando les tocó vigilar una de las fronteras del norte. Estaban cerca de la costa, en un sector bastante árido e inhóspito y bajo las órdenes del –entonces– coronel Straizo, debían detener y atacar a una parte del ejército emmherio que se estaba acercando a la importante ciudad fronteriza: Amalak. Oficialmente no estaban en guerra, pero era como si lo estuvieran porque los encuentros armados entre ambas naciones y las tensiones políticas estaban en su punto cúspide.
El batallón de Zeppelo llevaba una tarde completa en eso, cuando Joseph se infiltró en el campamento contrario y desarmó al comandante enemigo en una hora, obligándolo a rendirse. Había usado un método poco ortodoxo, pero efectivo: se vistió de mujer, llevó alcohol y sedujo al líder hasta doblegarlo. Su capitán no supo qué había pasado hasta que en la mañana lo vio entre las tropas enemigas derrotadas acarreando al comandante de una soga al cuello y maniatado mientras Joseph lucía un '¿vestido? rosado que francamente lastimaba la vista.
–Buenos días, capitán–le dijo Joseph sonriendo. Sólo entonces Zeppeli notó que traía maquillaje exagerado, peluca y algo que simulaba ser pechos en el torso. Parecía feliz contorneando las caderas y parpadeando exageradamente. Considerando que Joseph medía más de 1.90 m y tenía un cuerpo ejercitado para esas alturas, el resultado era chocante.
–¿Qué mierda haces vestido así, Stella?
–Se dice "Buenos días, Stella; gracias, por haber hecho que los tontos se rindieran y evitáramos más muertes"– dijo Joseph, arrojándole al comendante emmherio a sus pies que emitió un gruñido–. De nada, capitán. Qué bueno que el comandante Alessi tenga gustos extraños, ¿no? Tenga, es todo suyo, me iré a sacar esto... después me sigue regañando, ¿está bien?
Zeppeli lo detuvo agarrándolo del antebrazo mientras que con la otra mano sostenía la cuerda que ataba a Alessi, el comandante.
–No he dado permiso para retirarte. Primero vas a contarme qué tiene que ver que estés vestido así con el hecho de que el ejército de Alessi se haya rendido.
–Porque es un pervertido de primera, ¿qué quiere que le diga?
–Stella– gruñó el hombre.
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Diez años en el ejército por tu culpa #caejose
Fiksi PenggemarAU de países en guerra en el 1800, príncipes, nobles y demases. No es necesario haber leído/visto JJBA #caejose única pareja Salen otros personajes de la saga, pero algunos son familia y otros no. Joseph detesta la guerra, la violencia innecesaria y...