Capitulo 5

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ALO

No sé cómo me atreví a besarla, pero fue un impulso que no pude detener. Además, ella me había besado primero. Me separé de ella y la miré a los ojos detenidamente para ver su reacción. Es muy linda y sus labios son muy suaves.

—¿Qué acabamos de hacer? —me dijo recargando su frente con la mía.

Le iba a responder, pero nos interrumpieron unas personas que seguramente estaban hospedadas aquí. Nos alejamos y se nos quedaron viendo raro, pero no nos importó. Agarramos la cena y nos dirigimos a la habitación.

Subimos al ascensor; el ambiente era incómodo. Tenía ganas de responderle, pero todas las palabras se me enredaban en la lengua. Ella tampoco decía nada.

—Podemos hablar de esto después de que se vaya Angie —le dije nerviosa—, para no incomodarla.

—Ella lo sabe —me dijo riendo—, no creo que le importe mucho.

—¿Qué sabe? —le pregunté—. Yo no le he dicho nada.

—Yo le conté algunas cosas —me respondió con una sonrisa pícara—, pero tú no tienes que saber qué cosas.

—¿Por eso tu secreteo con Angie últimamente? —sigo indagando—. Ya me empezaba a sentir fuera del grupo.

—Podría ser —me dijo tomándome del mentón y arrinconándome de nuevo—. ¿Celosa?

Podía sentir su aliento y una nueva sensación invadía mi cuerpo, esta vez en un lugar donde no debería sentir cosas por una amiga.

—Sí —respondí sin pensar y vi cómo le sorprendía mi respuesta—. ¿Te molesta?

—Me encanta verte celosa —me dijo acercándose más para besarme, pero se abrieron las puertas del elevador, interrumpiéndonos.

—Pero chicas —nos dijo Angie riendo—, se tardaron demasiado y pensé que algo les había pasado, pero al parecer están muy bien.

Salimos del ascensor entrando a la habitación.

—Es que tenía algo en el ojo —le dije a Angie tratando de disimular—, y Rai me estaba ayudando.

—Sí —dijo Rai riendo—, y también tenía algo en los labios y se lo quité con la boca —le dijo burlándose.

—Ya veo —dijo Angie—, por fin Railo es real, mi misión ha terminado.

—¿Qué misión? —le pregunto a Angie.

—De ponerte celosa —me lo soltó como si nada—, y que Railo se volviera realidad.

—Lamento que no lograste la primera parte —le dije—, y la segunda...

—No te preocupes, Angie, es una mentirosa —dijo desmintiéndome—, me acaba de confesar lo contrario.

Y empezaron a burlarse. Yo mejor decidí meterme a dar un largo baño.

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RAI

Una sonrisa tonta no desaparecía de mis labios, me sentía extrañamente en una nube flotando en el cielo.

Definitivamente se sentía como estar enamorada.

¿Yo estaba enamorada?

Ahora mi mente lo único que podía pensar era cuándo se repetiría ese momento, poder besar esos labios tan lindos. La verdad, poco me importaba ya que se tratase de mi mejor amiga.

Entendí que hace ya mucho tiempo dejé de verla de esa manera.

No pensaba mucho en el futuro, solo en lo que estaba viviendo. El tiempo es el que se encargará de todo.

Alo se estaba bañando y yo estaba con Angie, tumbadas las dos en la cama mirando el techo.

—Por fin se dio, ¿no? —me preguntó iniciando la plática—. Se ven tan lindas juntas. En realidad, cuando las conocí, pensaba que eran novias o algo así.

—Pues aún no somos novias ni estamos saliendo —le respondí—, pero espero poder cambiar eso en un tiempo.

—Aww, qué lindo. Ustedes me recuerdan a mí y a mi novia cuando empezamos a salir —me dijo—. También éramos amigas.

—¿Tienes novia? —le pregunto sorprendida—. Nunca nos lo contaste.

—Tuvimos problemas —me respondió un poco desanimada—, pero logramos resolverlos y en cuanto vuelva a Argentina iré a verla.

Iba a responderle, pero fuimos interrumpidas por una Alo recién bañada, solo en sostén y short, con el pelo suelto y gotas de agua cayéndole por el pecho.

No sé si ella no se daba cuenta de que me volvía loca. Es tan hermosa, tierna y sexy al mismo tiempo. No despegaba mi mirada de ella y la única que lo notó fue Angie, que empezó a burlarse de mí.

—¿De qué te ríes? —le preguntó Alo a Angie—. ¿Tanta risa doy?

—Créeme, lo que menos das es risa —le contestó Angie dejando de reír—. ¿Verdad, Rai? —me volteó a ver y levantó las cejas.

Alo la iba a cuestionar, pero le llegó una notificación y se puso a revisar su celular, algo que agradecí. Le lancé a Angie una mirada de advertencia.

Ya era tarde y nos acostamos a dormir sin ninguna otra distracción.

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A la mañana siguiente, Angie me levantó para decirme que bajaría a explorar el hotel y traer de desayunar. Insistí en acompañarla y dijo que no.

Me volví a recostar y, como estaba aún muy cansada, me quedé dormida rápidamente.

No sé cuánto tiempo había pasado, pero comencé a sentir cómo acariciaban mi brazo. Suponía que era Alondra, pero no quería abrir los ojos para ver qué más hacía.

Tomó mi mano y le dio un beso para después poner su cara frente a la mía, pues lograba sentir su respiración en mi cara.

Abrí los ojos y la tomé del cuello, acercándola a mí para besarla de improviso. Ella se asustó al inicio, pero después también me agarró del cuello, intensificando el beso.

Esta vez el beso no era tierno, y no podíamos separarnos. Bajé mi mano acariciando su cuerpo de arriba a abajo y ella soltó un suspiro, indicando que le gustaba.

Yo sabía que ella era muy tímida, por eso trataba de tomar la iniciativa. Estaba súper nerviosa, pues no sabía lo que pasaría, pero no me sentía incómoda para nada.

Nos separamos y ella empezó a besar mi cuello, haciendo que mi cuerpo se estremeciera. De un momento a otro, se subió a horcajadas encima mío. Solo nos quedamos viendo la una a la otra.

Yo pude ver rastro de timidez y miedo en sus ojos. Ella se bajó de mí y salió corriendo hacia el baño.

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¿Que opinan?

Espero que les guste, tratare de escribir más seguido pero de vez en cuando me bloqueo y no se que más poner.

Si les agrada voten y comenten que me hace muy feliz leerlas .

Besitos.

Algo contigo - Railo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora