Capitulo 8

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Alo

Estaba muy confundida. Se supone que la relación entre Rai y yo estaba tomando un buen rumbo, tal vez hacia un noviazgo. Y ese "tal vez" era lo que más me asustaba.

Si me enamoraba perdidamente de ella y esto no se lograba, yo sufriría demasiado.

No solo yo, ella también. No quería que nos lastimáramos mutuamente y que esta amistad se fuese a la basura.

Atendí la llamada de Alex. Se me había olvidado por completo su existencia y también que estábamos en una fiesta.

—Hola, ¿quién habla? —me preguntó.

—Soy Alondra —le dije—. Y tú me llamaste.

—¿Ah, sí? —me respondió, y escuché cómo se reía con Angie—. Bueno, ¿qué quieres?

—Alex, puñeta ¿Qué se metieron? —le dije preocupada mientras me vestía a toda velocidad. Rai me imitó, observándome con el ceño fruncido.

—Nosotros no nos metimos nada... —De pronto escuché un fuerte golpe y luego la voz de Angie riéndose a carcajadas.

—¡Alex!, ¿qué fue lo que pasó? —No me respondían—. ¡Aleeex!

Salimos de la habitación y nos subimos al ascensor. Bajamos y empezamos a buscarlos por toda la fiesta hasta que los encontramos tirados en el piso, muriendo de la risa.

Iba a regañarlos, pero fui interrumpida por Rai, que estaba bien molesta.

—¿Qué les pasa a ustedes dos? —les dijo con voz fuerte—. ¿Qué se metieron?

—Solo un poco de marihuana —me dijo Angie sin dejar de reír.

—¿Cómo que marihuana? —les grité—. ¡Alex, apenas tienes 18!

Me estaba empezando a hartar. No dejaban de reír, pero había sido nuestra culpa por dejarlos tanto tiempo solos,como si fueran niños pequeños.

Los ayudamos a levantarse y nos los llevamos afuera para pedir un taxi.

—Mira nada más cómo tienes los ojos, Angie —le dijo Rai—. ¿Cómo se les ocurrió hacer esto?

—Solo queríamos divertirnos un poco —dijo.

—Creo que hay otras formas de diversión —le dije.

Ya ninguno dijo nada y abordamos el taxi para dirigirnos al hotel. Angie y Alex rápidamente se quedaron dormidos porque, aparte de estar drogados, estaban borrachos.

Volteé a ver a Rai, y ella también lo hizo. Le dediqué una linda sonrisa, pero ella no me la devolvió; solo me miró extrañada y giró su cabeza hacia la ventana.

Media hora después, llegamos al hotel. Estaba un poco triste porque Angie ya se regresaría a su país.

Se despertaron los dos y, al parecer, ya estaban mejor. Entramos juntos y abordamos el ascensor. Tenía un presentimiento, y no era bueno.

Rai seguía evitando mi mirada y yo no entendía la razón. Tal vez ella también estaba confundida.

Salimos del ascensor y abrí la puerta del cuarto.

Eran dos camas, por lo que acostamos a Angie y Alex juntos, pues así lo habíamos hecho los demás días.

Eso significaba que debía dormir con Rai, y eso no era problema para mí el resto de los días, pero después de lo que había pasado en aquella habitación, podía sentir una rara sensación en la boca del estómago.

Me puse la pijama y me acosté. Había sido un día bastante cansado; estuve como 10 minutos esperando que Rai llegara y poder abrazarla.

Desde que habíamos llegado, ella se había encerrado en el baño y no salió. Esperé más hasta que me cansé y me quedé dormida. Ella nunca llegó.

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Rai

No podía ir y acostarme allí con ella. Se supone que todo estaba bien, pero la realidad es que tenía miedo, miedo de salir lastimada y no poder recuperarme. Yo fui quien empezó con esto, quien hizo un plan para conquistarla, y ahora estaba completamente aterrada.

Algo tenía que hacer. Tal vez si me iba un tiempo, podría pensar mejor las cosas y aclarar de una vez mi mente. Me dolía en el alma dejar a mi Alo porque estaba tan acostumbrada a ella.

Me quedé en el baño, pensando y pensando, o tal vez alargando el tiempo para no tener que hablar con Alo.

Cuando lo creí prudente, salí y me fui a dormir. Ella ya se había dormido, y eso era mejor para mí que tener que enfrentarla.

Estaba demasiado agotada y me quedé dormida, pero me desperté muchas veces durante la noche. No podía descansar bien hasta que entró la claridad del amanecer por las ventanas.

Me levanté y me fui a vestir cuando escuché la puerta del baño abrirse, y me asusté pensando que era Alo, pero no, era Angie.

—¿Por qué te le escondes? —me preguntó—. ¿Qué fue lo que pasó en la fiesta?

—Primero, yo no me le estoy escondiendo —le respondí a la defensiva—. Y segundo, en la fiesta... —dudé en responder.

—¿Pelearon? —me preguntó.

—No exactamente una pelea... pasaron cosas —le dije nerviosa—. Y ahora estoy muy confundida.

—No puede ser —me dijo riendo—. ¡Ya se que pasó!

—Sí...

Seguía riéndose hasta que vio mi cara de duda.

—Bueno, ¿sabes qué? No es lo mejor, pero podrías venir conmigo a Argentina por un tiempo y podrías aclarar tus ideas.

—¿En serio? —le dije aliviada—. Gracias, Angie, sí quiero ir.

—Bueno, entonces deja de esconderte y dile que vendrás conmigo —me dijo—. Pero explícale bien, no la vayas a lastimar.

—Necesito hablar seriamente con ella.

Cuando escuchó mi respuesta, me dio una leve sonrisa, para después salir de la habitación y dejarme de nuevo con mis pensamientos y dudas.

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Nuevo capp

Espero que les guste mucho de verdad.

Se vienen cositassss así que estén al pendiente.

¡¡Voten y comenten!!

Besos

Algo contigo - Railo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora