Alo
Pasamos todo el día caminando por Puerto Rico, comprando algunas cosas que Angie llevaría de regreso a su país. Rai estaba un poco rara, y no lograba intuir qué le pasaba.
Después de estar todo el día fuera, decidimos ir a la terraza del hotel, donde había una pequeña fogata y unos sillones muy cómodos. Yo me adelanté, y cuando llegué, Rai ya estaba sentada. No me di cuenta de en qué momento había subido.
Me senté al lado de ella y recosté mi cabeza en su hombro, pero en lugar de relajarse como solía hacerlo, se puso tensa.
—¿Te pasa algo? —le pregunté, bastante intrigada—. Todo el día has estado rara.
No recibí respuesta,tome valor de no se donde y porfin me decidí a decir algo que tenia atorado,tome aire y hable.
—Mira, Rai, ya me decidí —dije, confesándome finalmente—. Sé que me he puesto súper rara desde lo que pasó entre nosotras y estaba confundida, pero en realidad, yo te amo demasiado. Eres la única persona a la que le mando mensajes de buenos días y buenas noches, la única que me importa cómo se siente y si ya comió. Me interesas tanto que nunca me aburriría de ti aunque pasaran cien años. Eres con la única persona con la que quiero pasar mi vida. No te estoy proponiendo matrimonio, aunque parezca que sí... pero realmente quiero un compromiso contigo. Sé que mi familia no lo aceptaría, y por eso me detenía, pero ya no me importa. Estoy dispuesta a todo y a hablar con ellos, con tal de que nunca te vayas de mi lado. —Suspiré.
Rai tenía la mirada perdida. Parecía que no había escuchado todo lo que le dije, aunque en el fondo sabía que me estaba poniendo atención.
—Alo... —empezó, y yo temblaba—. Agradezco todo esto que me has dicho, y sé que fui yo quien se declaró primero, pero también tengo dudas. —me dijo—. Te amo, pero no tengo mis pensamientos claros, y de verdad no quisiera que te metieras en problemas con tu familia por mi culpa. Sé todo lo que has tenido que pasar, y no es justo para ti.
—¿Entonces necesitas tiempo? —le pregunté, sonriendo al escuchar que me amaba—. Está bien, piénsalo y me dices.
—Pero hay otra cosa que tengo que decirte —me dijo nerviosa—. Me iré con Angie. —soltó.
—¿Qué? —me quedé procesando lo que acababa de decir—.¿Acabo de declararme ante ti y lo único que piensas es en irte con Angie?
—Pero solo serían unos meses, para pensar las cosas...
—¡¿Meses?! —levanté un poco la voz—. ¿Y los streams? ¿Y nosotras? —le reclamé—. ¿De la nada vas y huyes?
—Podemos tomarnos una pausa de todo —me dijo, tanteando el terreno—. Es bueno para las dos.
Tenía un nudo en la garganta. Nunca me había sentido así en mi vida.
—¿Eso es lo que deseas? —le dije, molesta—. Haz lo que quieras —dije, y sin esperar respuesta, me fui de regreso a la habitación, donde me encontré a Angie y Alex, que me vieron pasar extrañados.
Sentía innecesario esto que estaba haciendo, y más después de todo lo que le dije, de cómo me abrí ante ella, con lo que me costaba declarar mis sentimientos.
El sentimiento de tristeza fue reemplazado por uno de molestia y orgullo. Me puse la pijama y me acosté en el sillón de la habitación. Quizás después podría entender sus razones, pero ahora no era posible; estaba demasiado cegada.
No podía dormir. Estaba tan cansada, pero el sueño no lograba vencer la preocupación y el enojo que sentía.
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Algo contigo - Railo
RomanceEn las calles de Puerto Rico, dos amigas inseparables, Alondra y Raineliss, Ambas están en auge del mundo del streaming . La cámara captura sus risas, complicidad y el lazo inquebrantable que comparten, pero detrás de cada transmisión en vivo, hay s...