Capitulo 7

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Cap +18, pueden no leerlo si se sienten incomod@s.

Rai

Solo esperé a que se cerraran las puertas del elevador para jalar a Alondra y arrinconarla contra la pared, besándola desesperadamente.

No aguantaba más, necesitaba de ella.

Alo no se quedaba atrás; estaba igual de desesperada que yo, acariciaba mi espalda de arriba a abajo. Yo la tomé del cuello, acercándola más a mí.

Nos separamos por falta de aire y nos dimos cuenta de que las puertas del ascensor estaban abiertas. Ya habíamos llegado a nuestro piso.

Esta vez fui yo quien la tomó de la mano para caminar por el pasillo hasta dar con la habitación indicada.

Ya se me había olvidado dónde puñetas dejé las llaves, ni siquiera recordaba cuándo me las dieron. Miré a Alo con una expresión de confusión.

—Emmmmm... —empecé a decir para justificarme, pero me interrumpió.

—Eres la persona más linda y distraída que he conocido —me dijo haciéndome sentir ternura, en vez de la calentura de hace unos segundos—. Y rica también —me dijo dejando un beso en mis labios.

Sacó la tarjeta de su bolsillo y abrió la puerta. Entramos las dos y nos quedamos embobadas admirando aquel cuarto.

Era súper grande, hasta tenía un recibidor, unos sillones con formas extrañas y en el baño un lindo jacuzzi.

Volteé a ver a Alo y aproveché que estaba distraída para tomarla de la cintura. Ella, por instinto, me abrazó el cuello y yo la levanté para sentarla en el lavamanos.

Ella no decía nada, pero sus ojos reflejaban deseo y tal vez miedo. Yo no sabía qué decir, solo pegué mi frente a la suya, sintiendo su respiración.

—No tenemos que hacer nada, Alo, si no estás lista —le dije porque la sentía nerviosa—. O si simplemente no quieres —no obtuve respuesta alguna.

Iba a decir algo más, pero me callo la boca con un beso desesperado. Tal vez estaba equivocada.

—Esta vez no nos quedaremos con las ganas —dijo con voz ronca, provocando un fuego que se extendía por todo mi cuerpo concentrándose en un solo punto.

Abrí sus piernas para tener mejor acceso y ella las enredó en mi cintura. El ambiente subió de tono; me quería arrancar la ropa, tenía tanta calor, nunca había deseado tanto a una mujer.

Ella dejó mi boca para comenzar a besar y morder mi cuello, definitivamente era mi punto débil. No pude más y empecé a suspirar pesadamente.

Metí las manos por debajo de sus shorts, ya que eran bastante holgados y me permitían tocar sus muslos.

Su respiración estaba entrecortada, me encantaba provocarle cosas. Ahora era yo la que pasó a devorar su cuello, logrando que echara la cabeza para atrás gimiendo mi nombre.

Esto estaba fuerte y aún no nos quitábamos ni una sola prenda.

Ella me separó para bajarse del lavabo y jalarme, y ahora era yo la que estaba contra el lavabo, pero volteada, por lo que podía observarla a través del espejo. Esto era como una lucha por ver quién dominaría, y no fingiré, esto me pone.

Con una mano comenzó a bajar el cierre de mi vestido, besando mi espalda descubierta en el descenso hasta que cayó a mis piernas. No llevaba sujetador, por lo que mis pechos estaban al aire y lo único que cubría mi cuerpo era un calzón de encaje negro.

Yo no podía más con la anticipación. Ella admiró mi cuerpo desnudo a través del espejo para después suspirar.

—Cómo me vuelves loca, Rai —me dijo, aumentando la humedad entre mis piernas—. Nunca he hecho esto, pero espero que lo disfrutes.

Algo contigo - Railo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora