Hace muchos milenios, tantos que no recuerdo, existía un pueblo llamado Dagmar. Tenía un castillo y los pueblerinos eran personas pobres que se sustentaban con lo que ofrecía el campo y sus alrededores. Los ricos mercaderes lo visitaban por sus famosas telas y sus frutas frescas y la carne limpia. Mas adentro del bosque había un clan de tejedores, llamados Jorsh, eran personas de una incontable belleza, con una piel tersa blanca, ojos azules y un cabello largo y rubio. Hombres y mujeres tenían las mismas características y una más en especial, eran inmortales.Su inmortalidad se basaba en no envejecer nunca, cuando llegaban a cierta edad se mantenían como jóvenes de 25 años, eran resistentes a las enfermedades y sus curaciones eran milagrosas. Aunque podían fallecer de ahogamiento, decapitación o heridas mortales sin remedio. Había una chica en particular del clan, tenía 17 años, era hermosa y de cabello largo rubio, era huérfana ya que nunca se supo qué pasó con sus padres, se llamaba Karín. La chica era muy amiga de Leilia, la nieta de la líder del clan, una señora de 150 años pero con cara de chica de 25, aunque la voz si les cambiaba algo.
Junto a las amigas había otro miembro, Krim, un chico de cabello largo del mismo color que en cambio a las mujeres, lo llevaban atado en coletas. Krim siempre fue el amor platónico de Karín, desde pequeña suspiraba al verle pero nunca se atrevió en decirle sus sentimientos y menos después que descubrió que estaba enamorado de su mejor amiga. Karín había llegado del pueblo, siempre que llevaban las telas a vender, las acompañaba un adulto, ya que podían robarles o hacerles daño. Todos querían saber el secreto de la inmortalidad y nadie sabía que harían para averiguarlo, además se rumoreaba que controlaban a los Renatos, eran seres alados con cuello largo, patas y alas de dragón y en la cabeza tenían una armadura como cuadrada, para domesticarlos se necesitaba mucha fuerza y una sustancia que les impedía volverse violentos e indomables. Aunque por causas desconocidas estaban muriendo y es que de la nada, sus cuerpos desprendían fuego llevándolos a la muerte.
Karín desde que regresó de vender las telas inmediatamente se refugió en la Cascada Mágica, era un templo de sus antepasados donde un agua cristalina brotaba de la pared, para los Jorsh era fuente indispensable para mantener la inmortalidad aunque en realidad era agua común y corriente. Ella entra en silencio y se sienta en el suelo con los pies dentro del agua, pensando en lo divertida que hubiese sido su vida si sus padres estuviesen con ella. Se sentía muy sola en ocasiones aunque tuviese a sus amigos y a la abuela, quien era la líder del clan.
Romel ve a Karín sentada cabizbaja y decide acercarse, siempre que se sentía sola visitaba el templo y ahí se quedaba por horas hasta que sus neuronas dejaban de procesar información. La abuela se sienta a su lado y Karín levanta la vista.
-El agua purifica el alma y enjuaga los malos tormentos - la abuela miraba el frente, era una mujer de extraordinaria belleza, de un cabello rubio largo que le llegaba a los pies y vestida de blanco como habitualmente hacían todos y con un rostro de joven de 25.
-No quise incomodarla abuela -replica la chica.-Karín, eres una maravillosa tejedora, tienes un alma buena y pura que se compara con las flores blancas de nuestros campos. No sientas tristeza ya que la soledad abunda en nuestros corazones.
-Es que estoy sola abuela.
-Tienes a Leilia que te adora, a Krim, a mí, a todos, porque juntos somos una familia. -la muchacha levanta la vista y abraza a la abuela. -Nunca estaremos solos a pesar que estamos destinados a ese futuro, porque todo depende de lo que llevemos dentro.
Después de la conversación con la abuela, Karín se retiró a su pequeña casa. Tenía un voyak* y se dispuso a hacer una manta de seda para adornar su mesita de noche. La abuela tenía razón, jamás se sentiría sola. Unos golpecitos la interrumpen de sus cavilaciones. Se levanta y corre a abrir encontrándose con la sonrisa hermosa de su amiga. Leilia tenía como ellos los mismos rasgos solo que un flequillo adornaba su frente haciéndola lucir más niña e ingenua.
-¡Karín! Vamos a nadar un rato con Krim.
- Es tarde Leilia -su bella amiga era muy atrevida y dinámica, siempre buscando aventuras por doquier.
-No seas quejica - la toma de la mano y la saca de la casa.
Corren y se juntan con Krim que las esperaba al lado del lago. Leilia mira a su amiga que niega con la cabeza y sin pensarlo dos veces salta, haciendo que su cabello largo flotara como si volara. Cayó al agua y Karín miró asustada, respiró con alivio cuando vio que emergía de la superficie.
-¡Vengan, está deliciosa! - miró a Krim y este devolvió el gesto.
-Vamos Karín - y después se sumergió en el agua apareciendo junto a Leilia.
Karín era algo cobarde por lo que se quedó desde arriba mirando a sus dos amigos como se divertían y chapoleteaban en el agua. Ella quería ser así, estar ahí con ellos y ser como su amiga, admirada por el chico que le gustaba. De regreso Leilia y Krim iban empapados y empujándose uno a otro. Krim empuja a Karín y esta lo mira molesta y después cambia el gesto.
-¡No seas aburrida Karín! -reprocha el joven.
-No la molestes Krim, poco a poco irá perdiendo el miedo.
-Si, así es -en realidad no era así, nunca dejaría de tener miedo.
Cuando estaban llegando los padres de sus amigos los esperaban de mala gana. Ellos se despidieron y cada uno se marchó a su casa. Karín retornó a su morada, para esconderse de la vista del mundo por un buen momento.
voyak*: artefacto usado para fabricar las telas finas de los Jorsh.
__________________________Imagen de Karín en el bosque
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Holaaaa!!! Nuevamente estoy publicando historias pero esta vez de ciencia ficción, espero que la disfruten mucho y dejen sus comentarios. Besos a todos!!!
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El Clan del Adiós
Science FictionLos Jorsh son un clan de tejedores inmortales, todos son bellos y no pueden envejecer, Karin es huérfana y algo sucede con su gente, que se ve obligada a abrirse camino sola y pasar por cosas que la marcarán por el resto de su eternidad.