Elliot vio al chico sentado, no podía irse sin hablar con él, ya que Karín no tenía la culpa de las irregularidades de la vida. Se sienta a su lado, Elian ni lo mira, solamente sigue en su misma posición mirando la nada.
-Elian, ¿podemos hablar?
-Claro tío Elliot.
-Sabes, desde que te vi por primera vez supe que serías rebelde. Aquel día que llegaron a nuestra casa, Karín estaba sucia y despeinada y tú llorabas a mares -hizo una pausa -Ella parecía...bueno parece, una chiquilla de 18 años y no tenía idea de cómo cuidar de un bebé, pero aún así no te dejó solo y luchó contigo hasta el final -Elian levanta la cabeza.
-¿Quieres hacerme sentir mal cierto?-No Elian, quiero que comprendas que para ella no ha sido fácil criarte y darte ese cuerpo que tienes.
-Es que....nada -se levantó caminando y Elliot lo siguió.
-Puedes decirme lo que sucede, somos como familia.
-Es difícil Elliot, es muy difícil...porque...porque no la veo como madre... -se miran por momentos, ninguno se atrevía a decir nada hasta que el guardia rompe el silencio.
-¿La ves como mujer? -Elian calla y resopla.
-Sí... y me odio por eso, ¡porque debo ser mejor hijo y soy una basura! -comienza a llorar y Elliot lo abraza para que se calme -No la merezco tío, no merezco una madre como ella.
-Tranquilo Elian, te entiendo. Pero debes decirle a ella lo que sucede -hace que le mire a los ojos mientras habla -Karín necesita saber lo qué pasa contigo.
-Por ahora no tío, solo quiero alejarme un poco, por favor quiero entrar al ejército, necesito alejarme.
-No creo que debas dejarla sola.
-Estaremos cerca y lejos a la vez, lo necesito tío -su mirada era triste y el guardia comprendió que debía ayudarlo.
-De acuerdo, veré que puedo hacer por ti, ahora ve y habla con ella -le da unas palmadas en el hombro, se aleja y luego se voltea -Y no la trates mal porque sufre igual que tú-el chico asiente y se queda solo en la penumbra.
Karín veía que se demoraba Elian y mientras lo esperaba se dispuso a telar. Solo tenía un pendiente y lo terminaría temprano. La puerta se abre y entra cabizbajo, ella se pone de pie pero él pasa de largo yendo hasta su habitación. Prefirió dejarlo solo ya que no quería importunarlo, siguió haciendo el trabajo de la tela y en cuanto estuviese listo hablaría con él.
En la mañana se levantó algo cansada, tuvo pesadillas en la noche y necesitaba un buen baño para fortalecer su cuerpo y levantar un poco las energías. No vio a Elian por ninguna parte, desde anoche no lo había ni sentido y le extrañaba no escucharlo andar en la casa. Se despoja de la ropa y se recoge como puede el cabello. Se sumerge en la tina mientras disfruta del agua que estaba en su punto exacto, queriendo permanecer oculta del mundo por más tiempo. Ahí estuvo como media hora, luego se envuelve en la toalla para ir en busca de la ropa, ya que estaba sola podía andar a sus anchas por la cabaña. Al salir grita del susto cuando ve aparecer a Elian quien la miraba embobado y sorprendido.
-!Elian! -grita corriendo hacia el baño nuevamente y asomando solo la cabeza -Pensé que estabas en la mina.
-No...yo...regresé...pero....ya me voy...
-Sí, sal para poder vestirme -le indica con la mano que se aleje y cierre la puerta.
El joven obedece con la cara roja como un tomate y sintiendo un calor extraño y molesto. Se dirige a la mina corriendo sin saber en qué dirección iba exactamente. Karín sintió vergüenza ya que es muy recatada y tenía que haber tomado medidas. Se dirige a la taberna sin ganas, estaba cansada de hacer lo mismo diariamente pero tenía toda la vida para domesticar las rutinas. Habían pocas personas aunque aumentaron cuando llegaron los mineros que almorzaban y bebían un buen rato. Elian entra por la puerta y se sienta en una mesa buscando a la chica, cuando ella lo ve este cambia la vista. Se sientan a su lado varios mineros y le brindan cerveza al chico, ella quería ir a quitarle la bebida porque no sabía tomar pero tampoco quería dejarlo en ridículo ya que era un hombre. Cuando llega la hora de irse Elian seguía ahí bebiendo, Karín se acerca un poco.
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El Clan del Adiós
Science FictionLos Jorsh son un clan de tejedores inmortales, todos son bellos y no pueden envejecer, Karin es huérfana y algo sucede con su gente, que se ve obligada a abrirse camino sola y pasar por cosas que la marcarán por el resto de su eternidad.