𝕮𝖍𝖆𝖕𝖎𝖙𝖗𝖊 𝖉𝖎𝖝-𝖘𝖊𝖕𝖙

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Me encontraba en la oficina de Mori-san, estaba preocupado porque hace días que Ane-san salió a una misión y hasta ahora no había vuelto, no tenía dudas de que los de la agencia tenían que ver con su desaparición. Sé muy bien que ella es más que capaz de cuidarse sola, pero eso no quita que esté preocupado por a quien considero como una hermana, con la desaparición de Kyōka-chan ya era suficiente. Encima de lo que pasó con Guild, la mafia presentó varias bajas llegando a superar los 100 decesos, ¿hasta cuando el jefe seguirá jugando a esto?.

— Bueno jefe, ¿no cree que ya es hora de terminar con Guild? -cuestioné después de un largo momento en silencio, más que nada solo para romper el silencio, era obvio que estaba buscando — Sabes, Mori-san, ya he planeado diversas estrategias para acabar con esos norteamericanos, peeeero, es obvio que tienes otra cosa en mente

— ¿Enserio?, bueno Dazai-kun, no me sorprende que así sea -respondió con una sonrisa enigmática, entrelazando sus dedos y apoyando su cabeza en esta — Pero quiero escucharte, ¿qué crees que tengo en mente?

Rodé los ojos fastidiado, Mori-san siempre suele hacer esto y la verdad no es tan divertido como él parece creer, a veces leer al jefe era tan sencillo que se volvía aburrido, y conociéndolo estoy seguro que piensa sacar provecho de esta situación, más aún si es que la ADA está involucrada.

— Vaya Mori-san, ¿enserio espera jugar con la agencia de detectives?, ambos sabemos que acabar con Guild es un simple juego de niños para nosotros, pero usted prefiere dejar que esta situación se alargue solo para obligar a esos detectives a jugar según nuestros términos, ¿eh? 

— ¡Exacto, Dazai-chan! -aplaudió feliz, sólo pude sobar mi frente evitando fruncir mi ceño por la molestia, a veces siento que moriré joven debido a toda la rabia que me hace pasar este anciano — Sabía que llegarías a esa conclusión, después de todo somos dos gotas de agua, ¿no?

— Ugh, eres tan molesto —respondió rodando los ojos, concentrando su atención en cualquier otra cosa que no fuera el hombre mayor frente a él — Por cierto, ¿ya sabemos algo de ane-san?

— Lamento que no, créeme que incluso yo estoy preocupado por mi querida Kōyō-kun —odio lo falso que suena ante esta exclamación, como si pudiera importarle alguien más que él mismo.

Pero como si esto fuera una señal, la preciosa mujer pelirroja ingresó a la oficina con su paraguas en mano, no parecía lastimada ni nada de eso, más bien tenia una ligera sonrisa en su rostro mientras se acercaba al escritorio. Cuando se le cuestionó donde estuvo todo este tiempo respondió que fue rehén de la agencia de detectives, pero que decidieron liberarla porque alguien que no les era útil era solo un gasto innecesario, entonces mencionó que le obligaron a pagar por su estancia usándola como mensajera.

— Aquí tiene, una invitación para tomar el té con el presidente de la ADA —aclaró mientras le entregaba el pequeño sobre a Mori-san, quien parecía más que divertido por esto — Debo reconocer que su equipo no es el mejor, pero cuentan con buenas habilidades

— Vaya, pero que sorpresa —dijo con una falsa voz sorprendida, revisando el sobre

— Ane-san, deberá contarme más sobre lo que pasó cuando estaba con esos detectives mediocres —le ordené con ese tono caprichoso que suelo usar cuando quiero algo, pero lo que en verdad quiero escuchar es sobre como le va a Odasaku allá, y sé que ella lo notó, porque asintió. — Quiero escucharlo todo, con lujo de detalle

— Claro que si, Dazai-kun, déjame refrescarme y podemos reunirnos para tomar el té a las cuatro, ¿te parece bien?

— Dazai-kun, tú y yo tenemos una reunión a la que asistir — interrumpió el molesto de mi jefe, a lo que le miré con mala cara que solo provocó una sonrisa en su rostro — Ah, y también necesito que le avises a Hirotsu-san que tenga listo a su escuadrón para que nos acompañe —de mala gana me levanté para ir a cumplir con el recado, y eso lo dejé en claro cuando arrastré con fuerza la silla — Por cierto, Dazai-kun~, no te olvides tomar tu medicina

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