𝕮𝖍𝖆𝖕𝖎𝖙𝖗𝖊 𝖉𝖊𝖚𝖝

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- ¡Mori-san! ¡Estoy muy cansado por tu culpa! -me dejé caer en el sillón de la sala, Mori-san me tuvo trabajando toda la mañana y ni siquiera me dejó comer un dulce, estoy muy enojado con él- ¡Eres muy malo conmigo!

- Dazai-kun, ¿por qué estás tan enojado? -dejando su bata a un lado, antes de intentar pasar su mano por mi cabello, cosa que impedí- ¿Sigues molesto porque le regalé tu chocolate a esa niña?, sabes que era para que dejara de llorar

- ¡Claro que no es por eso! -me sentí algo avergonzado de que haya dado en el clavo, pero es que no me importaba si esa niña lloraba, era mío- Además, ¿yo que culpa tenía de que esa mocosa fuera una miedosa?, si quería algo, su mamá debió de comprarle

- ¡Eres tan lindo cuando reniegas! -otra vez está siendo raro, es tan molesto- Pero ya no estés así, acuérdate que te prometí hoy

Cierto, en la mañana dijo que hoy saldríamos a comer fuera, según él para celebrar que se cumple un año desde que nos conocimos, Mori-san parece mucho más entusiasmado que yo; ¿eso significa que tendremos que ir de compras?, espero que no porque ya no soporto tener que estar andando de aquí para allá con él, ¿para que necesito tanta ropa si al final voy a seguir creciendo?.

- Claro que me acuerdo, ¿a qué hora nos vamos? -levantándome para dirigirme a mi habitación- ¿Vamos a ir a algún lugar en especial?

- Claro que sí, dentro de unos días vas a cumplir diez y tengo pensado que nos vayamos unos días a Tokyo para celebrarlo, ¿qué opinas mi niño?

- Que estás exagerando Mori-san, ¿acaso hay algo que me estés ocultando? -él es muy bueno conmigo, siempre cumple mis caprichos, pero también he podido notar que es un hombre muy astuto- No dejarías tu trabajo así como así, ¿acaso estamos huyendo de algo?, debo de admitir que te he notado algo cauteloso estos días

- No te preocupes por eso, mi dulce Dazai -dejó un beso en mi frente, acariciando mi cabello- Sólo concéntrate en disfrutar de tu día, ahora, espérame un momento... ¡mira lo que te compré! -fue hacía su habitación y volvió con una bolsa de compras, ya reconozco esa marca de esa boutique, ¡maldición!- Vi este lindo traje y no me pude resistir en comprarlo para ti, te vas a ver muy hermoso en esto

- ¡Ni loco me pondré eso!, ¡me veré ridículo en eso Mori-san! -negándome a recibir la ofensiva prenda- ¡No soy tu muñeco para que me vistas a tu capricho!

- Pero Dazai-kun, ¡estarás precioso con esto!, te verás como un pequeño príncipe -exclamó con una mirada suplicante- Te daré lo que quieras a cambio, cúmpleme este deseo, ¿Siii?

- Ya que, dame eso -arrebatándole el traje, para comenzar a cambiarme- ¿Quieres que te golpee?, deja de mirarme así

- Eres muy cruel conmigo, Dazai-chan -se quejó, con un falso tono sufrido, lo conozco como para saber que es todo lo contrario- Pero aún así me es imposible no adorarte

- A veces es insoportable, Mori-san -acabando de acomodar el molesto traje- ¡Listo!, vayamos porque tengo hambre, y ya sé que quiero pedirte

- Siento que mi billetera va a sufrir -simplemente lo ignoré y comencé a arrastrarlo a la salida- Bueno, lo que sea por mi pequeño príncipe

Mori-san es tan fácil de convencer, solo tengo que pedirle lo que quiera de manera dulce y estará corriendo a cumplirlo; además siempre demuestra que me adora, es muy cariñoso conmigo, se preocupa porque siempre esté feliz, creo que es como el padre que siempre quise tener.

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