XXXV

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Capítulo 35: Una bendición final, la primera traición

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Capítulo 35: Una bendición final, la primera traición

Percy se arrodilla ante su madre en una imagen que a Rhea le resulta muy familiar. Es prácticamente una imagen reflejada de un recuerdo pasado: el de un hijo menor creado para la destrucción que ruega por la bendición de su madre. Percy se arrodilla con las manos entrelazadas con las de su madre y la cabeza inclinada sobre su regazo. Rhea se sienta en el sofá junto a Nico y observa cómo su madre respira profundamente y aprieta las manos de Percy.

- Percy, esto es extremadamente peligroso, incluso para ti. - le dice ella y Percy levanta la cabeza, la desesperación colorea sus ojos.

- Mamá, lo sé. Podría morir. Pero esta es la única forma en que puedo salvar a mi gente, salvar a mi padre y mantener a Rhea a salvo. - el rostro de su madre cambia ante eso, su expresión se convierte en una de temida comprensión de que esta realmente era la única forma en que su hijo y su hija podrían salir vivos de esta guerra.

- Tía Sally, por favor. - suplica Nico inclinándose hacia delante, donde está sentado en el sofá. - Percy necesita tu bendición. El proceso tiene que iniciar esta guerra, tienes que bendecir el esfuerzo de tu hijo. Su madre sacude la cabeza y aprieta las manos de Percy con más fuerza, levantando una mano para apartar algunos de sus mechones de pelo negro.

- ¿Quieres que bendiga esto? - susurra con horror y sus propios ojos azules miran a Percy con mucho miedo antes de mirar hacia arriba para ver a Rhea mirando sus manos, evitando cuidadosamente la mirada de su madre como si al evitar encontrarse con la mirada de su madre pudiera ignorar el dolor que le están causando a su amada madre.

- Mamá, por favor, no puedo hacerlo sin ti. - responde Percy, dándoles un beso en las manos entrelazadas.

- ¿Y si sobrevives a esto?

- Entonces iré a la guerra. Yo contra Kronos y solo uno de nosotros saldrá ileso. Pero tengo una posibilidad mucho mayor de proteger a Manhattan y a mi familia si acepto la maldición. - el estómago de Rhea se revuelve cuando todos deciden mentirle a su madre y no revelar la profecía y la muerte aparentemente inevitable de Percy. Rhea levanta la mirada para encontrarse con la de su madre y la mirada de su madre se suaviza cuando contempla a Nico, que todavía es tan joven y pequeño, y Rhea y su determinación se fortalecen.

- Esto puede protegerte, salvar a tu hermana y a tus primos. - murmura su madre como si se supusiera que no debería ser escuchada por toda la habitación. Su madre se inclina hacia delante y besa la parte superior de la cabeza de Percy. - Percy... Rhea... te doy mi bendición para que hagas lo que sea necesario para triunfar, para ganar. Para vivir .

No hay magia, no hay vibraciones en el aire como las que había cuando Rhea había bendecido a Zeus y su misión de destruir a su padre. No hay nada de eso y, sin embargo, esto es tan trascendental como aquel momento de hace miles de años. Percy se levanta de su posición frente a su madre y se gira hacia Nico, quien le hace un gesto de asentimiento grave.

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