Capitulo 4

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Niños

  Caminamos por el pasillo acompañados de las mujeres que nos estaban guiando

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  Caminamos por el pasillo acompañados de las mujeres que nos estaban guiando. Las paredes estaban manchadas de rojo, pero el piso, brillaba como madera recién pulida; hasta que salimos por una gran puerta que daba al frente del enorme castillo.

—Este, es el castillo de Blake. Ahora, también es su hogar, y su academia... esta es, la academia de asesinos —, Informó una de las mujeres, que parecía tener entre 20 y 25 años. El tipo de persona que parece maestra de kínder, pero con un toque siniestro en su enorme sonrisa —. Yo soy Lucí y seré quien los guiará hasta sus habitaciones. Memoricen cada pasillo y cada torre para que no se pierdan.

El castillo: se veía viejo, y arruinado, el musgo cubría gran parte de las paredes, mientras que las ventanas de cristal, no estaban todas completas. En el frente, había un gran jardín lleno de rosas, pero su belleza era opácala por las nubes oscuras cubriendo el cielo.

Poco después, me di cuenta de que se escuchaban las olas del mar; me giré y vi el enorme portón oxidado, que por sus barrotes, me permitió ver la playa.

—Estamos en una isla. Por lo que deben saber, que de aquí no hay escapatoria —, aclaró Lucí manteniendo su gran sonrisa—. Cualquiera que intente por lo menos tocar uno de los botes para huir, será atravesado por una bala que posiblemente, les perfore un pulmón, el cerebro, o el corazón... pero nada de eso tiene que suceder. Ahora, síganme.

Con cada paso me sentía más aferrada a la vida, porque sentía el peligro respirándome en la nuca mientras me gritaba: "Te vas a morir", y yo, lo que menos quería, era morirme.

Entramos a otra área del castillo: los pasillos no estaban tan limpios y había menos luz. Subimos por unas escaleras y llegamos al segundo piso. Luci sacó una lista y empezó a llamar por nombres:

—María, Elder, Ramón, Wilfry, y Zasha: Sigan a la señorita Wen; ella los llevará a su habitación —. Algunos niños no sabían ni sus propios nombres, algunos hasta temblaban de miedo. Así que la señorita Wen, tubo que leer sus nombres en sus ropas y guiarlos a la habitación.

Luego de que una parte de los niños se quedara en ese piso,  subimos al siguiente, y Luci, sacó otra lista:

—Tayde, Seúl, Nahia, Itsa, y Reik, síganme...

La seguimos hasta una habitación. Era grande, las paredes estaban pintadas de  blanco y solo había una ventana, más o menos grande. Habían seis camas, y Seis casilleros. A la izquierda, había una puerta que conducía  a dos baños separados por una pared, y en una esquina, una mesa. Todo estaba muy limpio, aunque olía a humedad.

—Mañana, sonarán dos campanadas. A la primera, se levantan y se preparan con la ropa que hay en los casilleros. A la segunda, deben esperarme frente a la puerta. ¿De acuerdo?... Bueno, ya me voy. —Luci se giró para marcharse, pero se detuvo y con un dedo apuntando al reloj en una esquina de la habitación, dijo—: a las seis, pasaré a traerles la cena —. Y se fue, cerrando la puerta tras suyo.

El castillo de BlakeWhere stories live. Discover now