Capítulo 6

14 4 2
                                    


Soy una asesina

  ¿Qué niño de seis, siete u ocho años querría entrar a una jaula llena de sangre y terminar de matar a alguien? La respuesta sería: ninguno

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Qué niño de seis, siete u ocho años querría entrar a una jaula llena de sangre y terminar de matar a alguien? La respuesta sería: ninguno. Sin embargo, ese día, uno de los niños levantó la mano; no de inmediato, pero lo hizo.

Chad, sacó un puñal envainado de su bolsillo y estiró su mano en dirección a aquel que se había dispuesto a hacerlo.

Ese niño caminó hasta la jaula, y agarró  el puñal.

Blake, salió de la jaula, caminó hasta una pequeña mesa y tomó una taza; le dio un sorbo al líquido para luego prestar atención a lo que haría aquel niño.

—Dime, ¿en qué parte del cuerpo apuñalaras a este hombre para acabar con su vida? —interrogó Luci acercándose a la pequeña persona frente a ella.

—En la cabeza —, contestó, en un tono inocente.

—¿Por qué? —, quiso saber la mujer.

—Para que no sienta dolor, y pueda dejar de sufrir.

Blake, miró confundido tras escuchar la respuesta, sin embargo, se mantuvo en silencio cruzado de brazos.

—hazlo —, ordenó Luci.

Quizás, no todos los niños son inocentes y tal vez por eso alguno levantó la mano. Pero, esa mano, surgió desde la inocencia más profunda en toda la habitación.

Itsa, se agachó, mientras con cuidado sacó el puñal de su envoltura, y sosteniéndolo con ambas manos, lo clavó en la cabeza del hombre. Luego sacó el arma de un tirón dejándola caer al suelo.

—Descansa en paz —, susurró.

—¿Por qué le pides que descanse en paz? —, intervino Blake, curioso.

Las manos de Itsa, empezaron a temblar, así que se puso de pie y miró a Blake, dudosa.

—El señor Blake te hizo una pregunta —, insistió Luci, quien recibió una señal de Blake para que hiciera silencio.

Itsa, tragó saliva.

—Mi padre me llevaba de caza, y cuando atrapábamos a algún animal, me decía que debíamos mostrar compasión por las almas de aquellos que agonizan. Me daba un cuchillo y yo lo clavaba en la cabeza de esos animales. Eso, les quitaba el dolor y se van en paz —, contestó, sincera.

Blake cerró los ojos, tomó aire y lo soltó despacio, como si con eso, calmara a una bestia dentro de él.

—¿Quién entra y mata a la niña? —, soltó, firme.

Itsa se quedó helada, mirándonos, negando con la cabeza.

—Si quiere puedo... —, dijo Luci dando un paso adelante.

El castillo de BlakeWhere stories live. Discover now