"¿Por qué nunca te fuiste de aquí?" La brisa corría suavemente en el jardín de Juanjo. Estábamos sobre una hamaca que acabábamos de montar; era como un columpio, con el suficiente hueco como para tumbarse, por lo que Juanjo estaba sentado y yo tenía la cabeza sobre su regazo. Al mismo tiempo estaba acariciando mi cuero cabelludo con las yemas de sus dedos, sin prisa.
"No vi el motivo." Dijo encogiéndose de hombros.
"Pero siempre hablábamos de irnos a la ciudad."
"Hubo un tiempo en el que pensé en irme. Hice algunos amigos nuevos por aquí, cuando te fuiste, pero todos han acabado yéndose a la ciudad. Por algún motivo siento que yo no valgo para eso...esto es lo único que conozco, el pueblo y el campo. Apenas tengo estudios tampoco, sería todo demasiado abrumador. Sin embargo me sentía muy solo por aquí, hasta que llegaste otra vez." Confesó con la voz suave como la seda.
"Es normal tener miedo a lo desconocido. Yo creo que la ciudad te gustaría más de lo que crees. Es un poco frustrante muchas veces y se impone mucho, pero es un rollo completamente diferente. De todas maneras, sé que terminarías sacándote las castañas del fuego, con estudios o sin ellos."
"Me gustaría estudiar algo."
"¿El qué?" Pregunté, acariciando yo su cara, mostrándole mi apoyo.
Juanjo negó ligeramente con la cabeza. "Lo que sea."
"¿Música?"
"Me encantaría estudiar música." Dijo en voz baja, como si fuese un secreto.
"Podrías."
Se dedicó a mirarme en silencio durante un par de minutos, sin parar de acariciarme, hasta que se acercó y me besó lentamente.
"Siempre me has apoyado en todo."
"Es lo mínimo que puedo hacer." Le quité importancia. Mi apoyo sólo era una consecuencia de su brillantez.
"Si alguna vez quisieses volver..." Comenzó, pero pronto le paré.
"No es mi intención. No por ahora." Lo tranquilicé, dándole un pequeño beso en su antebrazo.
Me incorporé lentamente y le envolví entre mis brazos, fuerte. Su corazón retumbaba rápidamente sobre mi pecho, por lo que no pude evitar sonreír levemente ante lo entrañable que encontraba que después de dos meses de afecto constante se siguiese poniendo nervioso.
"Juanjo, amor." Susurré sin apartar mi nariz de su cuello.
"¿Sí?" Preguntó girándose un poco para mirarme a los ojos.
"Te quiero." Dije, en el mismo tono de voz, como si fuese un secreto muy íntimo, que lo era.
"Yo más." Murmuró él, con las orejas rojas de la vergüenza.
Ni siquiera éramos pareja aún. Tampoco hacía falta.
Volví a hundirme en su cuello, sintiendo que el latido aumentaba incluso más si era posible.
"Oye Martin." Intervino, tras un rato de silencio.
"Dime."
"Bueno yo me preguntaba...perdón si he leído todo esto mal y esto no es lo que quieres, no tengo mucha experiencia, pero...¿Quieres ser mi novio? Que si no quieres no pasa nada, lo entiendo." Su cara estaba completamente ruborizada y era incapaz de hacer contacto visual.
Aunque traté de reprimirla, una pequeña risita salió de mi boca.
"No has leído nada mal." Aseguré. "Claro que seré tu novio."
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seven
FanfictionDesde que Martin abandonó su pueblo a toda prisa hace quince años, lo único que busca es aferrarse a algo que le haga sentir bien y parte de algo, como se sentía cuando estaba con él. Tal vez, después de tantos años, era hora de volver. fic basado e...