"Me he pasado toda la vida buscando mi sitio, y sin darme cuenta, siempre lo he tenido delante."
(dos años después)
"Oye, eh, amor, tranquilo, ya está." Juanjo trató de sosegarme.
"Ha sido una pesadilla, lo siento." A pesar de llevar viviendo un año y medio con Juanjo aún no me sentía capacitado para dejar atrás mi casa de la infancia, por lo que de vez en cuando le pedía que fuésemos a pasar un fin de semana.
Juanjo asintió, acariciándome el pelo. Estaba en silencio, tratando de darme espacio para que yo hablase.
"Parece que el dolor no ha litigado lo suficiente. Creo que dormir en la cama de mis padres tampoco mejora nada."
"No tenemos que hacer esto si no quieres, cariño. Es tan fácil como que vengamos solamente a pasar el día y luego irnos a dormir de vuelta a casa, vivimos en un pueblo, no nos supondría más de cinco minutos."
Era una idea muy lógica, sin embargo mi orgullo me lo impedía.
"Puedo ver tu cabeza maquinando, dime que piensas." Me instigó Juanjo.
"Siento que haciendo eso estaría evadiendo las cosas."
"Sabes que te voy a apoyar en todo lo que necesites. Sin embargo estoy un poco harto de que tengamos que estar así." Me dijo lentamente mientras encendía la pequeña luz de al lado de la cama.
Puse la cabeza entre mis manos, cerrando los ojos de nuevo. Él puso su mano sobre mi hombro antes de proseguir hablando.
"Creo que deberíamos irnos del pueblo. Me da igual a dónde, si es de vuelta a la ciudad pues de vuelta. Estar aquí no te está aportando absolutamente nada." Dijo suspirando al finalizar.
"Amor, oye, no digas eso." Rechisté triste. "Me gusta el pueblo y además aquí es donde tú y yo nos conocimos y..."
"Martin, mírame. Me gusta mucho este pueblo, ¿vale? Hemos hecho recuerdos preciosos, nuestra historia de amor empezó aquí, sí. Pero tenemos que crecer también. Este sitio no se va a mover de aquí." Me intentó hacer entrar en razón. "Lo importante es que nos mantengamos juntos."
"Tú no tenías claro si querías mudarte a la ciudad en su día. No quiero que te sientas obligado por esta tontería." Dije quitando hierro al asunto.
"Basta. Mira amor, en la vida a veces tenemos que tomar decisiones que lo cambian absolutamente todo, creo que eso no es ningún misterio para ti. Ahora somos pareja, hay decisiones que tenemos que tomar juntos y muchas veces vamos a tener que ceder. Esto no es ninguna tontería." Dijo tomando mis manos en las suyas. "Quiero que seas feliz. Cuando decidí quedarme aquí fue por miedo, porque estaba solo y no sabía a lo que me enfrentaba. Ahora estoy contigo y ya no tengo miedo de los cambios."
Me quedé mirándolo con los ojos acuosos y asentí lentamente. "Me encantaría que conocieses a mis amigos de la ciudad." Pensé en voz alta.
" Y a mí me encantaría conocerlos." Dijo con una sonrisa.
"Chiara te caería genial. Es muy entretenido hablar con ella y creo que tendréis algunas cosas en común. Te podría presentar a sus amigos, muchos de ellos son músicos y con tu habilidad para cantar seguro que t encontrarían un sitio." Me animé un poco más ante la idea.
"Eso estaría genial, cariño." Me respondió, exagerando su emoción para convencerme del todo.
Sin embargo, era demasiado cabezota, y a la vez que veía muchas cosas positivas las negativas se me acumulaban.
"Pero ya no quiero vivir en la ciudad." Después de vivir durante dos años en un pueblo, me había desacostumbrado demasiado a las bulliciosas calles y los ruidos fuertes. No quería renunciar a despertarme rodeado de ruidos de la naturaleza y la luz del sol.
"Pues vivimos a las afueras, Martin." Ofreció Juanjo rápidamente ante mi indecisión. "Quiero que tu desarrollo personal no esté condicionado por todo lo que has vivido aquí. Yo también pensaba que esto te iba a ir bien, que iba a ser catártico, sin embargo creo que esto ya es puro morbo. Te estás haciendo un daño innecesario."
Sabía que tenía razón. Ya no estaba disfrutando de mi estancia en el lugar, era más bien un escarmiento que yo sentía necesario para honrarme a mí y a mi madre. Juanjo seguía dándome pequeñas caricias. Le besé lentamente, mostrándole mi agradecimiento.
"Te quiero." Susurré.
"Yo más. Más que a nada en el mundo."
"¿Tanto?"
"Sabes que sí."
Me reí internamente, pensando cómo había pasado de ser a una persona a la que le daba miedo la intimidad e incluso un poco de vergüenza el afecto público a descubrir que era algo que me gustaba. Me encantaba que Juanjo fuese cursi conmigo y me encantaba ser cursi con él.
"Estoy deseando conocer tu vida en la ciudad." Susurró mientras me abrazaba fuertemente. "Seguro que vas a todos lados en bicicleta."
"No te equivocas. Y así seguirá hasta que me roben el sillín. Odio coger el autobús, me estresa demasiado, sobre todo cuando se llena de gente por la mañana."
"Seguro que estás exagerando."
Le miré con una expresión poco impresionada que le causó risa.
"Cuando volvamos haremos una comida en el jardín para que vengan todos tus amigos." Dijo con los labios sobre mi sien. "El verano de antes de que te fueras me dijiste que te gustaría que nuestra casa fuese así."
"¿Te acuerdas?" Pregunté sorprendido.
"Claro que sí, me acuerdo de muchas de las cosas que me dices. Supongo que es lo que tiene estar enamorado."
"Pues yo estoy enamorado de ti y no me acuerdo de muchas cosas." Estaba un poco avergonzado, pero tenía que ser honesto.
"Te lo perdono. Sé que a veces eres un poco despistado, pero de lo importante siempre te acuerdas." Finalizó, apagando la luz de la mesilla y acurrucándose a mi lado. Después de unos minutos, lo único que se escuchó en la habitación fueron nuestras respiraciones pesadas.
El golpe de realidad sobre aquella conversación me dio a la hora de meter nuestras pertenencias en el camión que habíamos rentado para la mudanza.
Los recuerdos siempre quedarían en mi memoria y siempre había espacio para otros nuevos. Lo importante y común de todos ellos era que quería que Juanjo estuviese a mi lado, y así fue.
(Nota de la autora: Siento haberlo subido tan tarde, estaba demasiado ocupada llorando mientras miraba cuatro pixeles en el directo de majosworldwide. Mañana subo el epílogo :) )
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seven
FanfictionDesde que Martin abandonó su pueblo a toda prisa hace quince años, lo único que busca es aferrarse a algo que le haga sentir bien y parte de algo, como se sentía cuando estaba con él. Tal vez, después de tantos años, era hora de volver. fic basado e...