>×Capitulo 24×<

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Narra Jaehyun:

Se mantiene alejado de mis caricias...

Observo confundído y sin comprender a Dongyoung. Este permanece muy alejado de mi, no tenemos la misma unión de hace unos días. Cuando hicimos el amor hace poco sentí su deseo de estar conmigo pero cuando terminamos, tan solo se apartó sin decir palabra alguna. Sin mencionar que me ama como tanto me gusta escucharlo.

¿Hice algo mal?

—Quiero que mi fiesta de cumpleaños sea a lo grande, por primera vez tenemos que votar la casa por la ventana. Yo lo merezco.- escucho decir a Dongyoung, la verdad no lo escucho del todo por andar pensativo en nuestra relación que se torna extraña. - Obvio tiene que ser en la casa del esposo de mami. Es la ideal por el espacio que tiene. - alardea, obteniendo mi atención con sus palabras.

Pero...

—No se hablan. Después de lo que pasó con el pervertido de su esposo... ¿tu crees que ella aceptará una fiesta en su casa? -cuestiono incrédulo.

—No hay forma.—Jaemin se queda boquiabierto.—¿En serio discutí con mamá?- se mostró preocupado. —Tendré que hablar con ella después.

Lo observo confundido.

Mi esposo bufó fastidiado y se cruza de brazos, susurrando cosas que no logro escuchar.

—Cariño últimamente andas extraño con... - corto mis palabras al verlo.

Doyoung apareció en nuestro campo de visión con un traje cernido a su cuerpo que resalta gran porción de piel. Sus ojos brillan con alegría, tanto que me confundió por unos segundos. Porque Dongyoung tenía ese mismo brillo hace días y ahora sus ojos se muestran opacos de nuevo.

—No entiendo... ¿Qué está pasando con los gemelos Kim?

—Voy a salir a cenar con un amigo.- avisa Doyoung, mordiéndose los labios con una sensualidad natural.

Es que todo en él, siempre ha sido natural.

—¿Es millonario? -pregunta Dongyoung interesado.

—Si lo es.- le guiña el ojo.- Bueno, nos vemos.- con una sonrisa salió de casa.

Le gustan los millonarios.

Y una vez más pienso que jamás hubiera llenado sus estándares. La oportunidad de estar con Doyoung, nunca existió y por eso me rechazó, por ser poquita cosa y un pobretón, como lo escuché decir de su propia boca.

—Doyoung tiene tanta suerte de que le lluevan los millonarios.- bromeó Dongyoung. - Siempre tan puto e interesado.- tras decir eso, lo miro molesto.

—No esta bien que hables mal de tu hermano a sus espaldas.- le riño.

Dongyoung se ríe, acercándose a mi con una mirada felina.- Dejemos de hablar de él y mejor hagamos otras cositas, cariño.—me acaricia el pecho con sus manos, enseguida tenso mi cuerpo al sentir su tacto.

No me siento bien con sus caricias.

Falta de confianza.

Algo cambio en Dongyoung que simplemente no me provoca tocarlo como antes. - Espera no...

A mi esposo no le importó si respondía o no a sus caricias y se sentó a horcadas de mi para besarme. Le correspondí como buen esposo pero no lo besé de la misma forma en como él lo hacía.

Se saca la camiseta, esperando que lo toque y empieza con unos movimientos de cadera sobre mi entrepierna.

—Vamos a la habitación.- susurró en mi oído. Suspiro cansado y lo cargo en brazos hasta nuestra habitación.

Ocupando Su Lugar|| Jaedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora