¿Te imaginas un Mundo Digital donde la paz y armonía son el pan de cada día? ¿Te imaginas un universo donde la música es la encargada de brindar armonía a todos los Digimon que habitan este mundo? Muy utópico. ¿Verdad?
¡Así es como se vive en Armoní...
El ensayo de orquesta estaba yendo de maravilla. Los músicos interpretaban sus partituras, tomaban apuntes y se hacían las pausas necesarias para mejorar la interpretación de la música. Dylaalmon tiende a ser muy detallista, ya que intenta darle mayor sentimiento y originalidad a las obras que otros Digimon componen.
–¡Atención, por favor! Violines, escriban un decrescendo¹ en el compás² número 30. Clarinetes, apunten un piano³ que vaya crescendo⁴ hacia un forte⁵ del compás 15 al 18.– Dijo Dylaalmon a los músicos.
–¡Entendido! Un segundo, por favor.– Exclamaron los músicos mientras tomaban nota de las instrucciones del director de orquesta
–¡Maestro⁶! ¿Qué puedo hacer yo?– Preguntó Dondokomon a Dylaalmon.
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Digimon de NivelInfantil y AtributoVacuna
Con apariencia de tambor, Dondokomon es uno de los Digimon más anímicos y enérgicos que hay. Siempre está contento y logra traer calma a los corazones de los Digimon que escuchan su ritmo.
–Lamento pedirte esto, Dondokomon. Sé que es aburrido, pero necesito que seas quien marque el pulso. El metrónomo⁷ se dañó y no tengo los repuestos aquí.– Dijo Dylaalmon con algo de pena en su mirada.
–¡No se preocupe! ¡Haré mi mayor esfuerzo!– Exclamó Dondokomon con una sonrisa en su rostro.
–Te lo agradezco mucho, Dondokomon. Ahora bien. ¡Continuemos con el ensayo! Ya casi acabamos.– Dijo Dylaalmon con una mirada que transmitía empatía y tranquilidad a los músicos que están bajo su dirección musical.
Sin más preámbulos, los Digimon siguieron ensayando con emoción y alegría durante unos minutos. Sin embargo, cuando faltaba una última obra por ensayar, un extraño portal se abrió y cerró rápidamente en el cielo...
–¿Qué está pasando? ¡Tengo miedo!– Exclamaron los Digimon presentes en el ensayo.
–¿E-era u-una au-aurora? ¿Ha desaparecido? ¿Acaso será...? ¡Imposible, no puede ser verdad! ¡Tengo que hacer algo para calmar las aguas!– Pensó Dylaalmon algo nervioso.
–Sé que esto es inesperado muchachos, pero probablemente sea un error de iluminación o algo así. Terminemos el ensayo y luego investigaré si algo muy serio es lo que pasó en realidad.– Dijo Dylaalmon con una voz dulce para calmar a los músicos.
Gracias al tono con el que habló y la manera en que miró a los músicos, Dylaalmon logró calmarlos y hacer que siguieran ensayando pese a la incómoda tensión que había en el ambiente.
Sin embargo, cuando las cosas parecían que no podían ponerse más extrañas, ocurrió lo que nadie esperaba...
