¿Te imaginas un Mundo Digital donde la paz y armonía son el pan de cada día? ¿Te imaginas un universo donde la música es la encargada de brindar armonía a todos los Digimon que habitan este mundo? Muy utópico. ¿Verdad?
¡Así es como se vive en Armoní...
Después de todo un día sumamente agotador en las clases y búsqueda del instrumento adecuado para Leody, tanto el director como el leoncito estaban cansados y se dirigían juntos a casa. Sin embargo, Dylaalmon se olvidó de un pequeño detalle...
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Digimon de Nivel Infantil y Atributo Datos.
Cuando la noche cae sobre Llanura Rapsodia, los cuartetos de Sirenmon no es lo único característico del lugar. El grupo de Starmons, pese a que su música es de un estilo más alocado y roquero, cada tanto hacían un espectáculo donde interpretaban la canción de "¿Estrellita, dónde estás?".
Por supuesto, no era la clásica canción de cuna. El Starmon principal le dio un toque más roquero a la canción mientras los Pickmon simulaban ser estrellas fugaces que iluminaban el cielo al son del compás.
–¡Ohhh, qué genial! ¿Podemos ir a ver el show?– Dijo Leody con mucha emoción e ilusión en su rostro.
–¿No te parece mejor otro día? Debes estar cansado, pequeño. Mejor deberíamos descansar antes de que se haga aún más de noche.– Dijo el director con una voz dulce con la que intentaba ocultar su fatiga y deseos de irse a la cama.
Dylaalmon es un Digimon que odia las mentiras y engaños más que cualquier otra cosa. Siempre prefiere decir la verdad aunque llegue a ser dolorosa. Aunque sí estaba siendo sincero al preocuparse por Leody, no quería que el pequeño león notara su cansancio para no asustarle.
–¡Por favor, di que sí! Realmente quiero ver algo como esto por primera vez. ¡Te lo suplico, maestro¹, no seas malo!– Dijo el leoncito hacia el director para seguidamente dedicarle una mirada que hizo que Dylaalmon no se pudiera negar.
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Dylaalmon se sonrojó y se quedó petrificado por unos segundos. Ciertamente, no sabía como reaccionar y tomarse lo que estaba pasando. Aunado a la mirada que Leody le dedicaba, su corazón se conmovió y fue incapaz de decirle que no.
–Es-está bien, leoncito. Solo intenta que no sea muy extenso, de verdad estoy agotado y necesito descansar para mañana.– Exclamó Dylaalmon bastante nervioso y con sinceridad.
