¿Te imaginas un Mundo Digital donde la paz y armonía son el pan de cada día? ¿Te imaginas un universo donde la música es la encargada de brindar armonía a todos los Digimon que habitan este mundo? Muy utópico. ¿Verdad?
¡Así es como se vive en Armoní...
Cuando Leody salió corriendo al ver su otra apariencia, al primer lugar al que se había dirigido fue donde Dylaalmon le dijo que lo encontró por primera vez.
–¡Si hay algún indicio o cualquier cosa, muéstrese!– gritó al aire con una mezcla de dudas y desesperación.
–¡Cualquier cosa, lo que sea!- continuó diciendo. –¿Será por ser de noche que no pasa nada?– pensó al caer en cuenta que ya era muy tarde.
–No tengo un lugar al que ir, solo puedo ir a la casa del maestro, pero no debería después de que saliera corriendo de la manera en que lo hice– pensó mientras se dirigía cabizbajo a la casa de Dylaalmon.
Una vez allí, se acostó en su cama y el cansancio físico y mental que tenía en ese momento hizo que no se percatara de las melodías que estaban sonando a su alrededor.
–Perdón, maestro. No me merezco a alguien como usted– pensó Leody antes de quedarse dormido con una notable expresión de tristeza y culpabilidad.
Lo que el leoncito no esperaba, es que una nueva pesadilla llegaría esa noche...
**************
–¡NO, OTRA VEZ NO!– pensó Leody al darse cuenta de lo que estaba pasando.
En primera instancia, escucharía una melodía distintiva¹ para acto seguido ver a esa figura que tanto miedo le generaba.
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–¡ERES TÚ!– gritó Leody desesperado al verle.
–Deberías decir: "Soy yo"– le respondió su contraparte² sin inmutarse.
–¡Y-YO N-NO SO-SOY TÚ!– dijo Leody con la voz bastante temblorosa.
Haberlo visto dibujado era una cosa, pero tenerlo enfrente era otra bien distinta. El miedo y la impresión de Leody era demasiada.
Era tal cual se lo había dicho Dylaalmon: melena en llamas, más armadura, marcas por su cuerpo, dos colas. Para el leoncito, era difícil creer que era realmente él.
No obstante, se acordó de aquel momento de la pesadilla anterior que le motivaba a no rendirse. Aunque tenía miedo, era su momento de saber la verdad de sí mismo y sacó de sí una valentía inmensa pese al terror que tenía.
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