CAPITULO 10: Ya no somos más unos jóvenes, entonces, ¿Qué estamos haciendo?

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Thomas

Esa carta que aquel asno que siempre estaba junto a ella había tirado por error en las escaleras cuando Jess había estado a punto de caer, yacía en mi manos. La educación y la decencia en mi habían desaparecido hace mucho tiempo, así, aunque dudé al principio después me autoconsolé diciéndome que las oportunidades no se dan dos veces, fué así como leí aquella carta que miraba fijamente. Me estaba martirizando, quemando, quebrando, hiriendo. Había pensado hace algunos días que sentir era algo que ya no hacía desde hace mucho tiempo, porque algo de mi murió al verla casarse con alguien más, pero al parecer no había muerto todo en mí, al parecer aún quedaban sentimientos nauseabundos que podía sentir. Cada frase escrita en esa corta carta cortaba en mi cerebro, dando pequeños golpes que no mataban pero si laceraba, había memorizado cada parte como un buen masoquista

Amor de mi vida...

así había empezado esa carta ¨¿amor de mi vida?¨que me cayera un rayo y me matara de una vez!, Ella había sido el amor de MI vida, y ahora, ella le decía a otro ¿que era el amor de su vida?, menuda suerte tenía, esa pequeña frase había roto cosas de mi que no sabía que aún estaban en piezas completas

El impasible aire que desestabiliza a la hierba, juega con las flores y le hace travesuras a los pájaros me dice que un mal tiempo se avecina, eso me hace extrañarte más de lo que ya lo hago.

Amor de mi vida, manda con este viento una caricia tuya, una mirada, un susurro... solo manda algo a través de este viento y sabré que aún me sigues amando como yo a ti.

Por siempre tuya... el amor de tu vida.

¨por siempre tuya¨, Já, si era de ese tal Robert también, y de muchos más según la cotilla de la sociedad.

"El amor de tu vida", que bueno que era el amor de su vida, al menos él sí había sido correspondido y no había tenido que levantarse un día y ver que ¨el amor de tu vida¨ había huido de tus brazos y de ti.

¿A Quien extrañabas tanto Jess?, yo siempre te extrañe a ti, cada día, cada minuto y cada segundo después de que te fuiste. ¿Querías una caricia suya?, ¿una mirada? ¿escuchar su voz aunque sea en un susurro?, yo bien podría decirte qué tan peligroso es desear tanto eso, hasta el punto de hacerte un adicto para autoinducir cada cosa que deseas aún más que seguir vivo.

¿Tanto le amas?, a la persona que le escribes, ¿le amas tanto?, ¿qué hay del hombre al lado tuyo?, entonces ¿él que es?, o, ¿era él el destinatario de la carta?, ¿tienen algún tipo de juego que involucre escribirse cartas para hacer de su encuentro algo más divertido?.

masajeé mi sien con mis manos, eran muchas preguntas las que mi mente estaba confabulando y me estaba volviendo loco.

El llamado del otro lado de la puerta me sacó de sus inmaduros pensamientos, me dolía, ella, el pasado que no fue, y el que sí fue, aún me dolía. pero me dolía más el presente que me asediaba, como un verdugo, que me torturaba antes de matarme.

Escondí la carta que aún estaba en mis manos debajo de los otros papeles que yacían en mi escritorio, como un niño que ha hurtado el dulce de la tienda y no quiere ser descubierto por su madre. porque sabía por demás que lo que había hecho, estaba mal.

—Adelante— dije con una voz tan apacible que nadie creería que para nada estaba en concordancia con la guerra que había en mi cerebro

— He terminado con los preparativos para su visita — su voz, su mirada, su olor, sus cabellos, su presencia, todo de ella me volvía loco, todo, y ninguna mujer que hubiera existido en mi vida para un momento salvaje, me producía la locura que ella me ocasionaba.

DE LO MUCHO QUE TE AMÉ....       y de lo mucho que aún te amo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora