CAPITULO 7 TÚ, MI MALDICION

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Jess

Era el momento de marcharse, tenía que vestirme para la celebración privada de mi  exhibición.

Para llenarse de halagos de personas huecas que apenas entendían el dolor, el amor, lo intenso de cada sentimiento sentido en su vida que había pincelado en cada uno de sus cuadros. Personas que le llenaban el estómago de náuseas, pero que al final por ellos era famosa.

Se puso su vestido rojo, uno que habría comprado junto a Albert y a Gilbert y que había sacado un claro: "oh si hermosa!!, eres la puta reina del mundo" de los labios de Gilbert. Era un vestido que en definitiva no iba con nada que estuviera de moda en ese momento, que por supuesto, violaba todas las reglas de decencia que podrían existir y que, en definitiva, gritaba al mundo que ella era la mujer más sexy que podía existir. Muchos la llamarían vulgar, otros más se desmayarían por tal atrevimiento, pero ella, ella le valía nada lo que los demás pensaran, porque esa noche, más que ninguna otra, necesitaba a Albert y a Gilbert a su lado, escuchándolos decir, que ella era la puta reina del mundo.

La copa de vino en mi mano, la mirada condescendiente en mis ojos, la postura altiva de mi cuerpo, la sonrisa coqueta en mis labios y mi vestido lascivo pegado a mi cuerpo, todo ello en una sola persona ocasionaba de manera inexcusable la atención de todo el mundo, de los hombres porque la lujuria es lo único que los mueve y de las mujeres porque la envidia es algo de lo que estaban hechas, no importaba tu sexo, igual me voltearias a ver de donde sea que te encontraras.

El alcohol sirve para tomar valentía para hacer algo que no harías ni de loco estando sobrio. Eso había hecho yo, tomar una tras otra copa de vino, mezclada entre la banalidad de gente que me alababa de manera hipócrita y de los otros más que me desnudaban con solo poner sus ojos en mi. ¡Maldita gente!, la misma que juzgó hace años a una niña de dieciséis años siento abusada por un hombre viejo de cuarenta años, y que lo único que hicieron fue criticar, juzgar, condenar. Me asqueaba, la sociedad me asqueaba, y sin embargo, ahí estaba, aceptando copas y cigarros de hombres que no solo querían meter su lengua en mi garganta. Pero el alcohol me hacía poder soportar aquello, y lo soportaba bien. Yo estaba bien hasta que apareció él.

Thomas

Diana Wilkes

Ese era el nombre de la artista a la que habíamos ido a conocer debido a su infalible fama y talento, conocida como un prodigio del arte en ese momento. Al principio no tenía tanta curiosidad, pero mirar sus pinturas, de alguna manera despertaron en mí el interés de conocerle, tal vez podría comprar sus pinturas, aún cuando me habían asegurado que no estaban en venta.

Fuimos a la fiesta privada que ofrecían solo a quien pudiera pagar la cantidad exuberante de dinero que pedían para poder entrar ahí.

Así que entramos al salón, por supuesto que valerie no dejaría la oportunidad de entrar a un lugar así y yo era su pase de entrada.

Valerie Brightman, era alguien que conocía desde siempre, sus padres habían sido socios de la familia cuando se empezó el negocio de vinos en la ciudad. Tal negocio es algo que, en la actualidad, solo se mantiene por el cariño que mi padre le tiene a su primer empresa, pero no es la única que tenemos, la industria ha ido avanzado y se ha invertido en los trenes, en los barcos, luz energética y máquinas para la industria textil, todo ha sido un éxito y eso ha hecho que tengamos la mayor parte de las empresas a nuestro nombre, es por eso que nuestro apellido tiene tanto impacto en la sociedad.

Así que, debido a la larga amistad que mi familia tiene con la familia de valerie, la tengo aquí, a lado mío. Eso, y que mi madre siempre me ha dicho que la trate bien, lo sé, valerie no es una persona buena, nunca lo fue y nunca me agradó, pero la soporto, ante todo la educación y amabilidad, como me enseñó mi madre. A mi madre le agrada, aunque tiene sus reservas hacia ella, supongo que su sexto sentido le hace de alguna manera no entregarle toda la confianza. Así que debido a la historia de nuestras familias casi siempre salgo a este tipo de eventos con ella y le dejo, qué escupa mentiras en la sociedad.

DE LO MUCHO QUE TE AMÉ....       y de lo mucho que aún te amo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora