CAPITULO 17 NO SOY UNA PERSONA BUENA

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Jess

No todo dura para siempre.

Remarqué las cejas en su rostro con mis dedos, cómo si quisiera tatuarlas en el cajón de mis recuerdos, bajé mis dedos por su nariz, sin dejar de tocar en ningún momento su rostro, acaricié sus labios con la yemas de mis dedos, y volvía a hacer el recorrido una y otra vez. Él sonrió ante mis toques sin abrir sus ojos.

--¿Te gusta lo que ves?-- preguntó juguetón.

--No-- contesté -- No estoy viendo, estoy cincelando con mis ojos tus rostro-- Estaba grabando, en mi corazón, cada parte de él y de este momento en el que deseaba detener el tiempo por siempre. En el dedo anular de mi mano reposaban dos anillos: el de compromiso y el de matrimonio, no sabía la razón exacta, pero sentía que mi mano se veía mejor con ellos. ¡Era su esposa!. ¡Y él era mi esposo!, juntos,, por siempre, hasta que la muerte nos separara y..., eso no me parecía para nada aterrador, sino todo lo contrario. me sentía total y plenamente dichosa, no podría jamás ser más feliz.

La mitad de mi cuerpo se apoyaba en el pecho de él, mi cuerpo y el suyo enrollados en las sábanas blancas de nuestra cama y nuestros cuerpos desnudos delataban la noche que habíamos pasado juntos. Thomas abrió sus ojos y me miró por un largo tiempo sin decir nada.

--Déjame hacer lo mismo con tu rostro entonces-- comentó-- pero no lo haré con mis dedos-- empezó a darme pequeños y tiernos besos en mi frente, en mis ojos, en mi nariz, mientras decía-- lo haré con mis labios-- Yo sonreí bajo sus besos.

Y el tiempo pasó. Él y yo, en esa casa, haciendo de cada rincón un recuerdo, qué más daba si fuera el mundo seguía girando, que más daba si afuera pasaban segundos, minutos, horas , días, semanas o incluso meses..., no importaba, porque el adentro, todo era perfecto.

Thomas

--¡Os has casado!-- Gritó Carl en mi despacho--¡Sin decirme nada!--estaba sorprendido-- Seréis un granuja mal amigo-- reclamó. Yo solo alcé los hombros en respuesta. No tenía excusas, sólo el fulgor de aquel momento, con Jess siempre había funcionado así las cosas, las sentía o las quería hacer solo con ella y eso hacía, jamás me arrepentía de nada si era con ella. Carl exhaló en una acción de darse por vencido ante la noticia -- Creo que tambien lo hubiera hecho si se me presentara una diosa como ella en mi vida-- explicó para sí mismo-- solo que aún no puedo creer que el inalcanzable duque de Bedford, el hombre sin corazón, el indomable Thomas, haya sido, por fin, cazado, atrapado y capturado

--Siempre fué ella-- le contesté-- Yo siempre supe que si no era ella no sería nadie, en realidad nunca estuve disponible para nadie más que no fuera ella.

--¡Mirad!, ¡mi gran amigo se ha convertido en un romántico empedernido!. ¡me lo han cambiado por alguien más!-- airó exagerado. sonreí ante su actuación. Él tomó la botella de la mesa y sirvió dos vasos de ella-- Brindemos mi buen amigo, por tu nueva vida-- dijo sonriente. tomé el vaso de whisky que me ofreció y bebimos.

--Mi señor-- Frank entró después de tocar en mi despacho, donde Carl y yo aún seguiamos platicando

--Si Frank, pasa-- le dije al hombre quien siempre parecía falto de expresiones en su rostro

--Considero que hay un asunto urgente del que encargarse-- comentó con el semblante preocupado, algo raro en él, me entregó un periodico de Londres

--¿Algo salió mal con algún negocio en Londres y la prensa ya está haciendo un alboroto?-- pregunté un poco irónico y burlón, sin mirar aún el periodico, los medios siempre hacían de las suyas

-- No tiene que ver con sus negocios mi señor-- dijo impasible ante mi burla-- por favor verifique la página principal-- fruncí el ceño y leí los papeles que estaban en mis manos, supongo que mi cara cambio a algo alarmante porque Cral se acercó para mirar el porqué de mi reacción

DE LO MUCHO QUE TE AMÉ....       y de lo mucho que aún te amo (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora