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                         -El mayor error del ser humano es creer que la traición se olvida tan fácilmente..-

ATTE: Darkhnesss.

Nadie se reiría de mí, nadie se ríe del diablo y sale ileso después de ello. Una vez me preguntaron la razón de mi ira, de mi sed de venganza, de mi forma de ser, y yo solía responder un simple, "no te importa una mierda" pero ahora os responderé a vosotros.
La razón de esto viene del pasado, pasado que ellos pensaron haber enterrado; su error fue dejarse un clavo suelto y no asegurarse de que estaba bien clavado.

Es cierto, no pude salvar a mi familia, murió delante de mí, y yo no tuve el valor de hacer nada. Yo vi a mi madre ser violada y maltratada hasta perder el brillo de sus ojos, y contemplé a mi padre observarlo todo con lágrimas en los suyos. Nunca lo había visto llorar, nunca lo había visto pedir clemencia, pero ese día solo importaba que todo acabara, que acabara rápido. A mi hermana la mataron y dejaron su cuerpo a la vista, para que todo el que pasara por allí viera que habían acabado con el legado Ricci. Pero, nunca se preguntaron dónde quedó aquel niño que se escondió en su armario y lo presenció todo minuto a minuto, y hora a hora.

Volví, resurgí de las cenizas, y estoy dispuesto a hacer el mundo arder, así tenga que arder yo junto a él.

Chidra era la oveja negra del rebaño Moretti. Su madre la despreció al nacer y su padre la sigue despreciando a día de hoy. Pero por mucho que quisieran negarlo, había heredado la belleza de su madre, era preciosa. Mi madre la adoraba, decía que era la niña que nunca tuvo y que desearía haber tenido. La madre de Chidra y mi madre eran mejores amigas, pero incluso las amistades tan fuertes y duraderas se traicionan por poder. Y así fue, mi madre fue traicionada por su mejor amiga, la cual la llevó a su muerte. Pero, el Karma existe y creedme, Lenia de Moretti acabó encontrando la suya también.

Siempre la protegí, siempre la cuide y me enamoré de ella. Chidra Moretti era mi perdición, mi destrucción. Hasta que desapareció junto a su padre y su hermana.
La busqué, la encontré, y seguí protegiéndola en las sombras... ella no sabe quién soy, ella no se acuerda de quien es Salvatore Ricci. Pero, es mejor así, porque no podía haber nada entre ella y yo, sabiendo que la próxima muerte puede ser la suya si descubren lo importante que es ella para mí... aunque no sea muy difícil de averiguar.

Le prometí a mi madre que la cuidaría, y como he dicho, soy un hombre que cumple su palabra.

Nadie decide cómo morir, pero sí decide él cómo vive antes de hacerlo. Ese era el lema del legado Ricci, esa era nuestra ley más sagrada. "Vive antes de morir, o cuando estés a punto de hacerlo te lamentarás no haberlo hecho" solía decirnos mi padre...

Cuando salí de aquella fiesta pude volver a respirar de nuevo, sentí cómo mis pulmones volvían a coger oxígeno y expulsaban el que había retenido por tanto tiempo. Sentí la ráfaga de aire fría en mi mejilla y sonreí como cual idiota que acababa de descubrir su mayor maravilla.
Su olor, sus ojos grises, igual de puros que la tormenta, y su mirada perdida en la adversidad de la mía. No había perdido la esencia salvaje que la caracterizaba, esa esencia que se perdió después de que el abuelo de Chidra falleciera. Él sí era un hombre de palabra, él sí era un hombre del cual podías fiarte, él sí cumplía su palabra y no traicionaba a su gente por poder, a diferencia de su hijo.

Escuchar cómo Leonardo del Monte mencionaba la posibilidad de dañarla me había hecho perder la poca paciencia con la que había entrado, no quería sangre o, por lo menos, no ahora. Pero si alguno de ellos le ponía un solo dedo, si tan solo le rozaban un pelo para hacerle daño, iba a encargarme uno a uno como el diablo que soy. Mi infierno no sería un infierno si no me llevara almas, las cuales no deben vivir en el cielo.

Me subí en el coche y, tras echar un último vistazo hacia atrás, volví a sonreír, porque esta vez la había encontrado y ya no volvería a permitir que se separara de mí nunca más.

Decidí no confesarle que la amaba, pero eso no significa que no lo haga. Decidí no estar con ella, no que no fuera a estarlo en las sombras por si alguna vez me necesitara. Decidí ser un narrador externo en su historia, narrador que la observaría ser feliz de lejos, deseando toda la vida que esa felicidad fuera junto a él.

Pero muchas veces amar a alguien, demostrarle que de verdad te importa, también es saber que lo mejor para ella no es justo lo que es mejor para ti. Y en este caso, sería egoísta por mi parte prohibirle ser feliz.

Y yo jamás la haría infeliz, porque verla sonreír es como pedir por tu cumpleaños un deseo, mágico.

- Ricci, estás preparado para la guerra?

- Si.

- Y lo estás también para que quepa la posibilidad que ella sea tu destrucción?- Claro que cabía la puta posibilidad, es más... yo ya había sido destruido por ella.

- Si, porque por ella Mike, merece la pena ser destruido.

Cada maldita cosa o hecho, valía la maldita pena por ella.

***
¡HOLISSSS!
🖤¿Qué os parece?🖤

¡Recuerda dejarme una estrellita porfis, gracias!

El infierno del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora