CAPITULO 8

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Me levanté pronto, puesto que tenía que ir a casa de Jessica. Me duché y me vestí. Me puse unos pantalones cortos de deporte blancos con rayas rosas fosforitas por los lados, un top rosa fosforito y unas playeras negras.

Ya eran las 09:00 AM. Piqué al timbre, tardó un poco en abrirme. Se estaría vistiendo.

Llevaba unos pantalones cortos blancos de deporte, una camiseta negra y unas playeras negras. Estaba preciosa, como siempre.

Me invitó a pasar secamente. Seguía enfadada. Mierda.

-Roxy...

-No, dejame hablar. -Dije cortandola la frase. -No hay nada entre Pablo y yo. Lo que viste por la tarde, fue un intento de besarme. Luego me intento meter mano, le di una patada en sus partes y sali corriendo hasta llegar a casa. Por la noche sali a correr, para pensar un poco en ese mensaje tan borde y para que me diera un poco el aire. Ya sabes que Pablo era un gran amigo y pensaba que podía confiar en él. Me choqué con el cuando estaba corriendo, volví a salir corriendo pero me pilló. Me empezó a meter mano, y yo estaba llorando desconsoladamente. -Según dije esto empecé a llorar, no me gusta recordar lo que pasó. -Pero por suerte llego Carlota y le dio un puñetazo.

-Es... ¿Es verdad? -Tenía la voz quebrada y le estaba callendo una lágrima por la mejilla.

-Claro que es verdad Jess. Yo te quiero.

-Lo siento... Por haberme puesto de esa manera, ya sabes. -Me dolieron esas palabras, ella no tenía la culpa.

-No pasa nada. Tu viste eso y fue lo que creiste. No te culpo. -Fue lo que realmente pensaba.

-¿Sabes que?

-Dime.

-No quiero volver a sufrir esto. Pensar que te has ido con otro. Lo he pasado muy mal. No quiero volver a sentir que te pierdo. Roxy... ¿Quieres salir conmigo? -Esas palabras fueron musica para mis oidos, no me lo podía creer.

-Siii, claro que si. -Acto seguido le di un apasionado beso en los labios.

Después de todo esto salimos a correr. La verdad es que tiene mucha resistencia. Nunca había ido a correr con ella.

Cuando quisimos llegar a casa eran las 02:15 PM. Como no había nadie la invité a comer a mi casa y pedí una pizza a domicilio.

-¿Y ahora que hacemos mientras llega la pizza? -Tenía una voz sugerente que me gusto bastante.

-Mmm... Lo que quieras. -La miré con una sorisa pícara. Nos entendiamos con una mirada o una sonrisa, era perfecto.

Me lanzó al sofá con deseo y nos empezamos a quitar la ropa. Es tan perfecta, con esa piel morena tan reluciente. Empezamos a tocarnos, entonces ella empezó a besarme en la boca, luego el cuello... Hasta llegar a mi intimidad y comenzó a chupar. Gemia descontroladamente, dios era tan buena. Más bien ella era una diosa. Cuando llegué al orgasmo, cambiamos de posiciones y yo hice lo mismo. Bajé a su intimidad y comencé a lamer. Primero para arriba luego para abajo, un lado, otro, en circulos... Cada vez que mi presión aumentaba ella gemía más fuerte. Sus gemidos eran tan perfectos, tan potentes pero a la vez tan suaves...

Cuando acabó, nos empezamos a vestir cuando sonó la puerta. Joder que justas andamos, nos vestimos más rápido, abrimos la puerta, cogí la pizza y pagué.

Comimos con ansía, teniamos mucho hambre la verdad. La pizza estaba deliciosa, cogimos una caprichossa para variar un poco.

Cuando acabamos nos tumbamos en el sofá y dedicamos la tarde a darnos caricias y decirnos cosas bonitas.

Ya eran las 09:05 PM seguro que se tenía que ir. No quería que se fuera.

-Jess ¿te quedas a dormir?

-¡Claro! -Dijo con voz entusiasmada. -Voy a llamar a mi madre.

Después de llamar a su madre vimos un poco la televisión. No parabamos de discutir sobre que ver, se la ve tan encatadora. Al final escogimos inborrable, me encantaría tener la memoria fotográfica de esa chica.

Cuando ya era tarde, apagamos la tele y nos dirigimos a mi habitación. La deje un pijama, le queda tan sexy.

Nos metimos en la cama, la di un beso de buenas noches y me dormí abrazada a ella. Me encantó.

¿Quien soy? Estoy confusa. {Lesbian life}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora