08. Maestro Gowther

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Sakura decidió visitar la tumba de su maestra, enterrada en lo más profundo del Reino demoníaco. Antes de partir, Meliodas le preguntó por qué no quería unirse a los Diez Mandamientos. Ella confesó que tenía problemas con el demonio Billion y temía que sus camaradas se volvieran en su contra si no imponía su autoridad. Aunque no todos eran responsables de los arrebatos de Billion, ese conflicto la mantenía atada al grupo. Sin embargo, él fue claro: si Billion la tocara, no dudaría en acabar con él.

-Aquí no se derramará sangre, cariño -dijo ella, sorprendiéndolo con ese término. Nunca la había escuchado llamarlo "cariño", una palabra cargada de intimidad y significado, algo que nunca habían explorado.

Con un beso en la mejilla que desató en él una tormenta de emociones, Sakura se despidió y dejó la habitación.

Meliodas, bajo el decreto del rey demonio, tenía la misión de erradicar la zona oeste protegida por las diosas. Una vez más, dirigía a Los Mandamientos en una batalla despiadada, con los ojos enfocados en el río de sangre a sus pies, hasta que la vio surcando los cielos: Elizabeth, la diosa, descendiente de la deidad suprema, la misma que acabó con Tsunade.

-Necesito hablar con Sakura, no fue mi intención segar la vida de su compañera.

-¿Cómo te atreves a venir y pronunciar esas palabras después de lo que hiciste? -respondió, empuñando su espada y preparándose para el combate.

-Reconozco que mis actos no tienen vuelta atrás, pero si hay algo que pueda hacer...

-No entiendo tus palabras, diosa. ¿Qué buscas en medio de esta guerra?

-Ella fue importante para mí. Así como perdonó la vida de mi amiga, no pude devolverle el favor. ¡Por eso necesito hablar con Sakura!

¿Hizo qué...?

Sakura nunca dejaría a sus enemigos con vida.

«Soy médica, se supone que debo curar a los heridos.»

No, solo está tratando de confundirme.

«Venganza, obligación o diversión son muy diferentes. Bueno, al menos tú tienes razones para matarlos, pero yo no tengo nada de eso. Me siento como un títere del rey demonio.»

¿Eso es traición? ¿Qué está haciendo?

-¿Meliodas?

-No caeré en tu juego -dijo mientras creaba una bola de energía oscura.

Aquella fue su primera pelea. A diferencia de su batalla con Sakura, la diosa estaba mejor preparada esta vez. Meliodas ya no tenía el mismo poder que antes. Aún así, lo que realmente le preocupaba era lo que estaba pasando por la cabeza de Sakura. ¿Un demonio sintiendo compasión por sus enemigos? Si el rey demonio se enteraba...

Si todo eso era cierto, ¿qué debía hacer? Después de todo, fue antes de la muerte de Tsunade. ¿Debería ignorarlo? Bueno, fuera o no verdad, lo único que importaba era acabar con la diosa.

Cuando regresó al castillo, Meliodas vio a Sakura, también cubierta de sangre de los enemigos. Ella lo miró y él asintió, indicando que estaba bien. Entonces llegó Zeldris y le dijo que el rey demonio la estaba llamando. Sakura se apresuró a ir.

¿Qué sería tan urgente como para que el rey demonio tuviera que hablar con ella?

Meliodas se quedó inquieto, esperando a que ella terminara su conversación. Cuando finalmente salió, su semblante era completamente diferente al que tenía al entrar en esa oscura sala.

La tomó del brazo antes de que se marchara, y aunque ella lo miró desconcertada por un instante, recuperó rápidamente la compostura.

-¿Pasó algo que deba saber? -preguntó él.

The cursed lovers² |Meliodas y SakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora