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2015.

Carlos se había pasado casi toda la semana pensando en la chica, aún no podía creer que era menor que él, pero eso no lograba que saliera de sus pensamientos, hasta parecía algo imposible.

— ¡Carlos!, te estoy hablando hace más de diez minutos.

Volvió su atención a su compañero, quien tenía el ceño fruncido por la falta de atención.

— ¿Qué te ocurre?, ¿no tomaste café hoy o qué?

— Nada, solo estaba pensando en algo..

— ¿En algo o en alguien?, ¿eh, eh? — lo codeó entre risas.

— Por dios, cállate, Max, llevas una semana con eso.

— Culpa mía no es, es tuya, desde que conocimos a Eva vas estado en las nubes y eso no es normal en ti, mi amigo — alzó sus hombros.

Sainz sabía que el rubio tenía razón, pero no iba a aceptarlo, no podía.
















🏁















— ¡Eva!, ¡apúrate! — gritaron desde la parte de abajo.

La castaña rodó sus ojos al oír la voz de su hermano mayor, Charles, quién estaba hace veinte minutos así.

— ¿Lewis ya llegó? — fue lo primero que preguntó al salir de su habitación.

— No, no llegó. — suspiró.

Aquello la confundió. Había conocido a Hamilton hace dos años, en los cuales se habían vuelto como uña y carne, usualmente el británico iba por ella para sus prácticas.

— Tal vez te está esperando allí, ¿podemos irnos? — insistió el mayor.

— ¡Bien!, vámonos.

Ambos hermanos se montaron al auto y emprendieron viaje a la pista.
















🏁
















Es linda.. muy linda. Pensó Sainz mientras veía una noticia de la chica que le había sacado toda la concentración en la semana.

— ¿Eva? ¿que haces viendo eso? — interrumpió el neerlandés  con una sonrisa en los labios.

Sainz estaba nervioso, sin querer había tirado su botella al suelo, mojando el mismo.

— ¡Joder, Max!, me asustaste — dijo aún exaltado.

Aquello hizo que el rubio se riera con fuerza.

— ¡En ella has estado pensando!, oh Dios, lo sabía.

— Cállate, claro que no, es una niña — se excusó con rapidez.

— Por Dios, Carlos, son únicamente dos años, no es una niña.

Pero a Sainz aún le hacía ruido, quince años y diecisiete años, no le gustaba, pero no podía sacarla de su cabeza.

— Aún así, no me gusta, solo la vi porque estaba en televisión, deja de hacerte ilusiones.

Tomo su botella dejando al neerlandés solo en la habitación.
















🏁
















— ¡Lewis!, aquí estas — corrió al nombrado.

Hamilton dejó todo lo que estaba haciendo para prestarle atención a la menor, quien al verlo no dudó en abrazarlo.

— ¿Porque no pasaste por mi?, te estuve esperando.

— Olvidé decírtelo, tuve reunión con Toto, lo lamento, Evie.

Pero Eva no le podía reclamar nada a su Lewis, absolutamente nada, solamente sonrío mientras rompía el abrazo.

— Esta bien, entiendo — sonrío — me iré a preparar.

Con una última sonrisa lo dejo junto a su auto.

— ¿No es un poco creepy? — la voz de Valtteri lo hizo dar un salto en el lugar.

— ¿Qué es creepy? — le pregunto sin dejar de mirarlo.

— Lo que sientes por ella, es una niña a tu lado, Lewis.

Y Bottas no se equivocaba. Hamilton ya estaba en sus veintitantos, ya tenía toda una vida recorrida y ella apenas había iniciado la primera vuelta.

— No sé a qué te refieres, la veo como una hermanita — mintió con claridad.

Pero el finlandés solo alzó sus hombros, no se metería en donde no lo habían llamado.















🏁

















Max veía con una sonrisa al español. Acababa de terminar de hablar con su próxima mejor amiga y traía buenas noticias.

— Carlitooos, tengo una buena noticia para ti.

— ¿Con qué vas a salir ahora? — preguntó sin dejar de ver su videojuego.

— Mañana vendrá la princesa de Mónaco, ósea.. Eva — aclaró.

Max quería abofetearse a él mismo por no tener una cámara, su cara era una obra de artes. Sus ojos se habían despegado de aquel aparato, casi procesando lo que su compañero le acababa de decir, tenía  su boca abierta pero no decía nada.

— Pues.. bien por ella.

Hablo con rapidez, tanto que podría haberse equivocado en esas cortas palabras y salió de la habitación.

Lo que Verstappen no sabía, era que su compañero se pasaría toda la noche pensando en temas de conversación para tener con esa chica. No iba a perder otra oportunidad.

TORO ROSSO | C. SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora