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2015.
Dos meses después.

Aquella había sido la ultima interacción entre ambos, dado a lo enfocados que estaban en sus carreras, pero aún así se enviaban pequeños mensajes de ánimo o tenían cortas llamadas hablando de su día. Pero no era suficiente. Carlos deseaba verla de nuevo y viceversa.

Sainz estaba molesto, deseaba verla y Eva se encontraba en la misma situación, sumado a su distancia con el piloto de Mercedes.















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— ¡Eva!, necesito hablarte — oyó la voz del británico a sus espaldas.

Eva nunca le había dado la razón exacta de su alejamiento.. y es que ni ella lo sabía. No sabía porque no deseaba estar cerca de su Lewis.

— No puedo, debo probar el nuevo auto y.. — fue interrumpida.

— Solo dime que te ocurre, no me hablas, no respondes mis mensajes, llamadas y ni siquiera me miras a los ojos — tomó sus manos — ¿hice algo que te lastimara, pequeña mía?

Eva sentía ganas de llorar, bajo su cabeza y quito las manos del mayor.

— Debo irme, Lewis.. enserio — susurro dándole la espalda.

Hamilton vio como la chica de su vida se alejaba de él sin razón absoluta.















🏁














Max movía su pierna ansioso. Carlos llegaba tarde y era algo que detestaba, más que nada porque hoy necesitaba hablar con su compañero.

— Perdón por la demora, había mucho tráfico — dijo Sainz apenas entró.

Apenas Max lo vio corrió a él.

— Tenemos que hablar, vamos afuera — agarró sus hombros y lo arrastró sin poder dejarlo responder.

Carlos lo miró extraño. Antes de poder hablar lo escucho.

— Necesitas venir hoy a mi casa. Eva estará allí — aquello lo tomó por sorpresa.

— ¿Qué hará allí?

— Nuestras madres se hicieron buenas amigas e irán a cenar, solo ellas dos — suspiró — pero necesito que estés allí, desde que no la vez has estado más gruñón y ella igual.

¿Ella igual? ¿ella lo extrañaba? ¿tanto como él a ella?

— Bien.. iré, solo envíame tu dirección.

Max sonrió feliz.















🏁















20:30 pm















Eva arreglaba su vestido color beige, suspiró con pesadez. No deseaba ir a aquella cena, aunque lo único bueno de eso sería ver a su amigo, Max.

TORO ROSSO | C. SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora