OUR LAST DAYS ── JAYDICK

⠀⠀⠀⠀「♡♡♡」 | OUR FIRST DAYS

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Our First Days

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—Wally~~ Wake up —sintió los besos en todo su rostro y movió sus manos y brazos para que su padre se apartara—. Lindo, ya es tarde, vamos, arriba.

—No —murmuró, y se dio vuelta para hundir el rostro en la almohada.

—Pero necesito tu ayuda —Jason hizo un puchero mientras le hacía leves cosquillas—. Papá Dickie está en coma de nuevo y hay que despertarlo, sólo tú puedes salvarlo, Wally.

Con aquello el niño de cinco años alzó su rostro, apartó su despeinado cabello pelirrojo de su rostro y sus ojos color azul lo miraron un segundo antes de ir corriendo hacia el cuarto de sus padres, donde el omega dormía hecho una bolita.

—¡Papi! ¡Papi, despierta! —comenzó a saltar sobre la cama, hasta que vió a su padre sonreír, con sus ojos entreabiertos para mirarlo.

—Wally... ¿Qué hora es?

—No sé —se encogió de hombros—. Papá Jay me dijo que estabas en coma, ¿Te salvé?

Dick rió y asintió, Jason siempre le contaba la misma historia, extendió sus brazos hacia él y el pequeño fue a refugiarse en estos.

—Si me salvaste, lindo —dijo—. Pero la próxima dile a Jason que me puedo salvar sólo.

—Sí, seguro —dijo Jason, detrás de él, haciendo que rodara los ojos—. Ya me voy para el hospital, pequeño —dejó un beso en su mejilla—. Cuídense, mis bebés.

—Nos vemos —murmuró el omega, y el pequeño Wally agitó su mano para despedirse.

El pequeño Wally no entendía por qué para Jason era tan importante despedirse de Dick, se veían todos los días, dormían juntos y hacía años que estaban en pareja.

—Cuando encuentres a tu pareja predestinada, o cuando sientas tanto amor por alguien como el que nosotros sentimos, entenderás la importancia que tiene lo más pequeño, como los buenos días —era lo que Dick siempre le respondía.

A Wally le seguía parecido algo exagerado, y más porque Jason estaba muy cerca, apenas había que cruzar la calle para llegar al hospital. Se habían mudado especialmente para quedar cerca.

Ahora estaban en una zona cerca de Londres bastante tranquila, estaba cerca de la playa pero en una zona muy alejada del turismo y la gente, era un pequeño y tranquilo paraíso, donde había un hospital también pequeño y tranquilo.

—Es que me pongo muy triste si Jason está lejos, por eso tenemos que estar cerca siempre —era la explicación que Wally siempre recibía.

Aún era muy pequeño para que le contarán toda la historia.

—Wally, ¿Te gustaría tener un hermano o hermana? —le pregunto Dick, mientras el pequeño desayunaba, estaba vestido para ir a su academia de danza dentro de una hora.

—No, me gusta estar sólo —dijo, negando—. Y no quiero compartir papás con nadie.

Dick rió por su comentario.

—Bueno, Wally, quería decirte que... No tienes otra opción.

El pequeño lo miró sin entender, Dick comenzó a sonreír demasiado y eso lo molestó.