𝐌𝐏𝐆 |❝El mal personificado, ¿eh? ¿Es eso lo que crees que soy? ¿Sólo un demonio disfrazado? Y crees que hay algo de humanidad enterrado en lo más profundo de mi oscuro y triste corazón, ¿verdad?❞
Thomas mira hacia atrás, exhala el humo hacia un lado mientras lo hace y levanta una ceja hacia ella.
-¿Sí?-
-¿Cómo te sientes?-Artemis pregunta, sintiendo un malestar en su pecho, como si latiera con una pena que la hace sentir ajena a la situación. El funeral será en una hora.
Thomas suspira y se cruza de brazos mientras la mira. No está de muy buen humor y probablemente no lo estará por un tiempo.
-¿Cómo crees que me siento?-Le pregunta, su voz carente de emoción.
-Enojado, triste, melancólico...-
-Todo eso. Y más-Thomas dice, mirándola a los ojos antes de volver a centrarse en sus manos y el cigarro por un momento.
-¿Qué estás planeando, Tom?-Ella pregunta.
Thomas voltea confundido, casi divertido de que ella piense que podría estar planeando algo.
-¿Qué te hace pensar que estoy planeando algo, Artemis?-
-Mataron a tu hermano y tu familia está amenazada, los italianos están en Birmingham. No vas a parar hasta ver arder en llamas a quienes planearon la vendetta-
-A veces eres demasiado inteligente para tu bien.- Thomas le dice con casi una sensación de irritación en su voz, pero sabe que ella tiene razón aunque no está dispuesto a admitirlo. Él resopla y pone los ojos en blanco, mirando hacia arriba y expulsando humo mientras lo hace.
-Dime qué carajo tienes en mente, Tom ¿Un funeral? ¿Al aire libre? ¿Con los italianos allí fuera? Vamos, no soy idiota, tu familia no es idiota.-
Thomas la mira fijamente por un momento, sus ojos le dan una mirada fría mientras piensa en cuánto quiere decirle, pero luego simplemente suspira y se rinde.
-Bien.- Dice, sus manos moviéndose hacia adelante y hacia atrás por un momento mientras piensa en el plan que ha ideado en su cabeza.
-Hacemos que parezca que todo es normal, dejamos que todos piensen que el funeral se llevará a cabo según lo planeado. Tendremos muchos hombres alrededor, así como algunos francotiradores en los tejados de los edificios más cercanos en caso de que sean lo suficientemente tontos como para intentarlo, además, tenemos a Gold de nuestro lado...-Thomas explica -Enviaremos una señal en un momento delicado.-
-Claro, estás en todas partes. Algo me dice que saldría el Arcano de la Muerte... todo va a cambiar, John ya no está con nosotros y no pude despedirme de él.-Artemis se sienta en la cama, sintiendo como su peso hunde el colchón, un vuelco en su alma como si fueran millones de dagas arrancandole la piel.
Thomas la mira por un momento, viendo la tristeza en sus ojos y sabe que ella se siente culpable por no poder despedirse de John. Su expresión se suavizó un poco mientras daba una calada a su cigarrillo antes de hablar.
-John era un buen hombre y un buen hermano...-Él dice antes de levantar la vista, su cara se vuelve fría mientras agrega:
-Pero estoy más preocupado por lo que sucederá después.-
-Unos días antes de Navidad... John me llamó. Le dije que iría a su casa por la invitación aunque tú no querías.- se ríe suavemente- Me dijo que me portara bien y no hiciera ninguna tontería, que pronto nos veríamos y nos emborracharíamos...- Thomas la mira, escuchando atentamente sus palabras mientras menciona la conversación que tuvo con John por el teléfono de su despacho. Mientras ella dice la parte en la que él le dice que se porte bien y se emborracharían, incluso él se rió suavemente, sabiendo que eso suena como algo que diría el imprudente John.
-Nos queda un trago pendiente... lo tomaré por él.- Artemis no se da cuenta de que está llorando hasta que siente las lágrimas quemar sus pómulos.
Thomas la mira, notando las lágrimas en sus ojos y, por una vez, no sabe qué decir ya que mostrar alguna señal de emoción o dar algún tipo de simpatía no era algo a lo que estaba acostumbrado. Pero algo en su llanto hizo que le doliera un poco el pecho.
-Estoy seguro de que él lo agradecería.- Su voz más suave de lo habitual mientras intenta consolarla, aunque sea un poco. La joven chica asiente entre lágrimas, dándole una pequeña sonrisa
Thomas la mira, ve su sonrisa, aunque sea un poco triste, y se encuentra deseando verla sonreír así otra vez. Él suspira y camina más cerca de ella, levantándola y acercándola a él, envolviendo sus brazos alrededor de ella, abrazándola con fuerza para intentar calmarla en un vano intento.
-Soy egoísta, no deberías consolarme, estás tan devastado como yo. Yo perdí a mi mejor amigo pero tú perdiste a tu hermano, tu propia sangre-Artemis dice con voz quebradiza.
Thomas traga duro, cerrando los ojos brevemente mientras la sostiene en sus brazos. Él sabe que lo que ella dice es verdad; no debería consolarla cuando está igual de devastado por la muerte de John. Pero algo en ella simplemente lo obliga a abrazarla con más fuerza mientras ella se apoya contra su pecho.
-Estaré bien, no necesitas preocuparte por mí...- su voz un poco ronca mientras intenta contener sus propias emociones.
Tras el abrazo, la joven termina de arreglarse, se viste con los pantalones oscuros que Polly le compró en París y se envuelve en el abrigo de piel, que en un insignificante intento consigue protegerla del frío que se cuela hasta sus huesos.
Thomas la observa prepararse, sus ojos recorriendo la ropa que lleva, el ajuste de las prendas y la forma en que el abrigo enmarca su pequeño cuerpo. Se veía frágil, más aún con el enrojecimiento de sus ojos por el llanto.
-¿Lista para ir?- le pregunta, su cigarrillo terminado y ahora tirado descuidadamente al suelo. Ella asiente y Thomas le coloca una boina gris que solía usar, acomodando el cabello oscuro de su rostro. Ella suspira y agarra la mano de Tommy. Él toma su mano, su mano cubierta por los guantes de cuero sosteniendo suavemente su pequeña y delicada mano. Él mira la boina que le dio, su pecho se contrae levemente al verla usando algo que él poseía, pero sacude la sensación, no queriendo pensar en lo que podría significar.
-Vamos, es hora de irse.- Él dice con voz ronca antes de comenzar a caminar, llevándola fuera de la casa hacia el funeral.
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