Capítulo 1

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Diciembre 1925, Inglaterra.

Un silencio fantasmal invadía aquél despacho. La joven chica sólo podía escuchar la madera crujir en la chimenea y el sonido de su pesada respiración.

–Por favor.– Ella finalmente le habla, sintiendo su corazón latir con una pena que la hacía pequeña. El hombre ni siquiera se inmuta en observar sus ojos, concentrado en las cartas que llegaron de unos negociantes de Londres. Artemis traga duro, sintiéndose ingenua e incapaz de hacerle entender al hombre.–Es un momento especial, ¿en serio quieres estar solo nuevamente? Tu familia te extraña... yo me siento muy sola aquí, no quiero observarte beber e irte a la cama ¡Es navidad!–

–¿Puedes guardar silencio?– El hombre espeta fríamente, con su voz gruesa y rasposa, producto de haber fumado varios de sus costosos cigarros que parecen quemar la garganta con la nicotina que calma sus nervios.

–Mírame a los ojos cuando te hablo.–Ella le ordena. El hombre irritado, suelta el papelerío que parece volverlo más exasperante que la voz de su esposa, y, finalmente, voltea a mirarla, clavando sus fríos y oceánicos ojos en ella.

Su mirada nunca flaquea a pesar de la apariencia de la chica. Continuó dando una calada a su cigarrillo y exhala el humo en su dirección, casi como para desafiarla a protestar. –¿Qué?– Preguntó, su tono aún severo pero con un poco menos de dureza.

–Te odio.–Ella le dice, sintiendo miseria y enfado ante su actitud.

Thomas se rió entre dientes ante eso, las comisuras de sus labios se volvieron ligeramente hacia arriba en una sonrisa. Ella no es la primera en decirle esas palabras y ciertamente no será la última. –El sentimiento es mutuo–. Dijo mientras daba otra calada, con los ojos mirándola fijamente.–Bien–Ella le dedica una sonrisa falsa. Thomas se rió levemente ante su actitud y sacudió la cabeza con incredulidad. Tiene mucha actitud para ser una mocosa mimada. –Sabes, tu comportamiento insoportable es repugnante.– Dijo con una burla antes de dar otra calada a su cigarrillo.

–Y tú deberías morir y extinguirte en el infierno.–Dice la joven, acercándose a su esposo para quitarle el cigarrillo de los labios y darle una calada.

Shelby simplemente observa en silencio mientras ella se acerca, con las manos descansando en los bolsillos de sus pantalones y una expresión aburrida en su rostro. Él no protesta ni la detiene cuando ella le quita el cigarrillo de los labios y le da una calada. Él levanta ligeramente una ceja ante sus palabras, una risa oscura se escapa de sus labios. –Eres cruel, ¿no, cariño?–El pregunta burlonamente y suspira al observar los ojitos cansados de Artemis.–Le diremos al nuevo chef que cocine tu cena favorita, luego beberemos el champagne que tanto te gustó, aquél que compartiste con Lizzie en tu cumpleaños, y te compraré algo bonito, un vestido, tal vez una joya, creo recordar que dijiste amarías unas nuevas perlas.–Ella lo observa y escucha su idea tentadora que intenta convencerla de permanecer en la mansión por navidad, sin la presencia de la familia Shelby.–¿Lo mismo será para año nuevo? Tommy...–La joven chica parece dada por vencida.

–Tommy, nada, ven aquí.– El hombre extiende sus brazos, recibiendo a su esposa que rodea el escritorio de madera hasta llegar a él. Thomas se rió de nuevo mientras ella batallaba por no dedicarle un puchero insolente, mirándola con una expresión ligeramente divertida en su rostro. Él mueve una mano para envolver su cintura, acercándola a él. –No te decepciones, no podemos hacer todo el tiempo lo que tú quieres, eres demasiado malcriada, ¿lo sabías? Maldigo a tu padre por educarte de esta manera.– Ella rueda sus ojos y ríe suavemente. Thomas sonríe levemente mientras ella se ríe, inclinándose para que su rostro quede cerca de su delicado rostro. Él deja que su mano se deslice suavemente hacia arriba y hacia abajo por su cintura mientras habla. –Entonces de repente decides actuar como si nada ocurriera, ¿eh? Toda una chica que finge ser buena–

money power glory 𓂀 thomas shelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora