Prólogo

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¿Te has sentido perdida alguna vez?

Ya sabes, ese sentimiento de estar a la deriva y flotar en un mar que no sabes en donde se detendrá, pero tampoco te interesa saberlo. Estás atrapada en la increíble nada, quieres llorar, pero las lágrimas no salen, quieres gritar, pero las cuerdas vocales no emiten ningún sonido, incluso quieres dormir para evitar todo, pero el sueño parece tomar un barco lejos de ti y dejarte en el medio de las olas, y no haces nada para cambiarlo. Si, creo que todos lo hemos sentido alguna vez en la vida.

Muchos psicólogos pueden decir que es algo totalmente normal, pero… ¿Por qué no se siente así? ¿Por qué se siente como si la vida se te escapara como agua entre las manos? Claro que tenía el poder de cambiarlo, claro que era yo la respuesta para dejar de sentirme así, pero quizás no tenia la fuerza necesaria para aferrarme a esto, para ver lo mejor de mí y demostrárselo al mundo, quizás no quería hacerlo, para ser sincera solo quería encerrarme en mi habitación hasta que todo pasara.

Es sencillo juzgar a alguien cuando no sabes los demonios con los que lidia a diario, el esfuerzo que hace para levantarse de su cama y sonreírle al mundo o al menos intentarlo. Toda mi vida he visto a las personas juzgar a otras sin preguntarse el motivo de su actitud. A todos nos resulta fácil hablar, pero para comprender lo vuelven una tarea difícil, creo que ahí empezó mi gran misión de vida: Entender a los demás.

Ninguna vida es perfecta, ¿Puedes decirme alguna? Todos luchamos con sombras, grandes y pequeñas que en la soledad de una habitación saldrán a asustarnos y otras a hacernos compañía, ¿Qué tan roto tienes que estar para refugiarte en las sombras que tanto miedo y daño te causan? ¿O que tan solo debes estar para que ellas sean tu única compañía? Si, es triste enfrentarnos a la realidad, más difícil si el mundo solo está lleno de más y más oscuridad dándole fuerzas a esas sombras que nos atormentan, esos monstruos que nos esperan debajo de la cama, que ni mamá o papá pueden salvarnos de ellos, aunque quisieran.

Soy Halley, mis amigos me llaman Lele, pero él me decía Supernova.

Si, algo cliché porque me llamo como el cometa, pero no era un cometa, era una supernova a punto de colisionar, arrastrando todo a mi alrededor y muy dentro de mí sabia esto, pero prefería ignorarlo como siempre, porque sentía que si lo enfrentaba no podría con todo esto. Al llegar este momento te debes preguntar ¿Por qué? Yo también quisiera saberlo, pero no hay una razón, muy pocas veces lo hay, así que solo te puedo asegurar algo, el amor mueve universos.

Y esa fue mi salvación, pero también mi perdición.

Richard Yates una vez dijo, “Estar solo no tiene nada que ver con cuantas personas hay alrededor”

Nunca lo entendí hasta que te conocí, cuando esos ojos color miel chocaron con los míos, justo ahora me lo pregunto, ¿Viste esa soledad en ellos? ¿era tan grande como la que vi en los tuyos?

Encuentrame en las Estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora