XXV

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– Es hermoso – mira a su lado derecho observando al medico que ingresa al área de los cuneros – es curioso, Eithan se parece a ti, las mellizas son una mezcla de ambos y el recién nacido es idéntico a tu omega – pasa su vista del bebé al ojiesmeralda – felicidades por tu hermosa familia, cachorro – pone una mano sobre su hombro – eres un gran padre, mejor de lo que yo fui.

– Es mi deber ver por el bien de mi familia – aparta la mano de Grisha.

– No pensabas lo mismo cuando abandonaste a Levi durante el último periodo de tu primogénito – Eren frunce el ceño.

Le enfurece que alguien le recuerde el gran error que cometió en el pasado y como es que por su culpa Levi entró en labor de parto antes de lo previsto y él no estuvo a su lado cuando Eithan llegó al mundo.

– Eso no le incumbe a usted, fue un error que cometí en el pasado y...

– Y Levi te perdonó – termina la frase – te perdonó que haya estado completamente solo cuando dió a luz, te perdonó que lo hayas humillado cuando reconociste a Eithan como tú hijo – Eren aprieta los puños cada vez más fuerte – rogaste por el perdón de tu familia al igual que yo lo he hecho.

– Es muy distinto, las situaciones fueron distintas – gruñe en voz baja para no despertar al bebé.

– Lo son. Tú fuiste cruel con Levi para hacerlo sufrir y  yo fui cruel en ocultar la verdad para no hacer sufrir a tu madre – la respiración en Eren se vuelve irregular – Levi nunca debió perdonarte – Eren aprieta los dientes al oír eso – pero él si tiene un gran corazón que te ha perdonado por el daño que le has causado. Y realmente no te mereces a alguien como él.

– ¡Basta! – lleva sus manos a su boca para callar sus gritos al recordar el área en dónde está – sé el daño que le cause a mi esposo en el pasado y estoy completamente arrepentido.

– ¿Y crees que yo no estoy arrepentido por el daño que les cause? – expresa – sé el gran daño emocional que cause con esa mentira y eso hasta la fecha te ha seguido lastimando – Eren niega – Si que lo hace Eren. Por más fuerte que lo intentes ser, aún estás herido – nuevamente posa una de sus manos sobre el hombro del menor – y solo te haces daño al guardarme rencor.

– Lo hiciste – muerde su labio inferior – me heriste demasiado en aquel entonces – mira a su bebé dormir y luego a su progenitor – fuiste mi gran admiración y de un momento a otro mi gran decepción – baja un poco la mirada.

– Cachorro, no hay día en que no me arrepienta – lo abraza dejando a Eren sorprendido – me arrepiento del daño que he causado en ti, tus hermanas y tu madre.

Eren está en shock, no había vuelto a sentir esa calidez fraternal desde que era tan solo un niño. Todo aquel rencor que ha llevado guardado durante años lo deja salir, sus mejillas empapadas son la prueba. Puede sentir las fermonas de su padre rodearlo, aquellas fermonas tranquilizantes que siempre utilizaba Grisha desde que él era un pequeño y algo le aterraba.

– Te perdono – murmura con voz apenas audible por el llanto.

Grisha sonríe permitiéndose derramar una que otra lágrima, al fin ha logrado obtener el perdón de su hijo, su cachorro.

– Linda reconciliación – padre e hijo miran hacia la entrada de la habitación.

– Levi ¿Cariño que haces aquí? – avanza hacia su esposo limpiando su rostro con su antebrazo – aún no puedes hacer muchos movimientos.

– Eren, no es la primera vez que he dado a luz – se deja guiar hasta el cunero dónde permanece su cachorro – pero extraño a mi bebé – toma asiento en la silla que Grisha le ha acercado.

Eres Único - Ereri Donde viven las historias. Descúbrelo ahora